Desde hace seis meses, los senderos de los zoológicos de Colombia están vacíos. Debido a la pandemia, se acabaron los turistas y con ellos, los ingresos con los que se sostenían 23 establecimientos que tienen a su cargo 20.000 animales, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines, Acopazoa.
Hay especies como los delfines que extrañan el contacto con los humanos, por lo que en el Acuario Rodadero de Santa Marta, por ejemplo, los cuidadores nadan con ellos una vez al día para que no sientan la ausencia del público y, además, los sacan a pasear a mar abierto para que interactúen con otras especies silvestres.
Por el contrario, en esta época los 870 animales del Zoológico Santacruz, ubicado en Cundinamarca, disfrutan del silencio. “No es que se estresaran con los visitantes, pero ahora están mucho más tranquilos”, aseguró Camilo Mendoza, veterinario del establecimiento y agregó que este ha sido un aspecto positivo del confinamiento.
A pesar de la crisis económica que atraviesan los zoológicos por la falta de ingresos, la gran mayoría de sus animales no ha pasado hambre gracias al compromiso de sus cuidadores, pues para ellos “el bienestar animal está por encima de cualquier circunstancia”, manifestó Jimena Romero, gerente del Bioparque Los Ocarros, en Villavicencio, Meta.
Nuevas alternativas
Aunque la mayoría de zoológicos ha logrado subsistir estos seis meses con ahorros, donaciones y préstamos, algunos establecimientos se vieron obligados a dar el paso hacia la virtualidad para buscar otras maneras de financiar los cuidados que requieren los animales, que pueden estar entre los 100 y los 250 millones de pesos al mes.
Por ejemplo, el Zoológico Santacruz comenzó recorridos virtuales en los que colegios y grupos familiares pagan 8.000 pesos por persona por un paseo poco convencional. De acuerdo con Mendoza, las ventajas son que los guías entran a los recintos de los animales para verlos más de cerca, les ponen actividades para que los visitantes los vean buscar comida, escalar o trepar paredes y, por último, les explican todas sus características.
“Esto nos ha ayudado un poco a sostenernos, pero la situación está crítica y si en septiembre no se abren los zoológicos, las reservas económicas se van a empezar a acabar”, aseguró Mendoza.
El Bioparque Los Ocarros también se renovó: ahora tienen estrategias comerciales para que grandes empresas adopten un hábitat del zoológico, también abrieron un plan padrino para los niños que quieran ayudar al sostenimiento de un animal y están diseñando un aula viva para los colegios, en donde los alumnos se conectarán con los veterinarios del zoológico para aprender sobre las especies. “La idea es integrar toda la parte ambiental para que los niños le cojan amor a los animales”, aseguró Romero.
El Zoológico Santa Fe de Medellín también virtualizó los programas de aprendizaje que antes eran presenciales. “Sabemos que hay que ofrecer otras alternativas, sin embargo, estos programas no nos alcanzan para cubrir todos los gastos”, manifestó Jorge Aubad, director del Zoológico Santa Fe.
Las dificultades
Los animales son propiedad del Estado según el Código Nacional de Recursos Naturales, vigente desde 1974. Aún así, Edgar Motta, gerente del Parque Guátika, ubicado en Boyacá, cuenta que el gobierno no les ha brindado ninguna ayuda y tampoco una respuesta de cuándo será su reapertura.
Motta manifestó que el Estado les entrega los animales que han sido rescatados del tráfico ilegal para que ellos velen por su bienestar. Sin embargo, “no nos ha ayudado en nada durante esta época de pandemia y si no abrimos en septiembre, lamentablemente los que van a sufrir las consecuencias son los animales. Nosotros ya copamos el cupo de endeudamiento y no tenemos cómo seguirlos manteniendo”, aseguró.
En la Reserva Natural y Bioparque Isla Palma, en el Caribe, los animales sí están pasando hambre, aseguró John Madrid, director de la Reserva. La isla necesita siete millones de pesos mensuales para cubrir las necesidades de sus especies pero en este momento no los tiene porque no hay turistas que paguen entradas o que se hospeden en el hotel. Madrid tuvo que reducir las raciones de comida a la mitad y hoy subsiste con lo que le fíen en las tiendas. Además, está vendiendo anticipadamente el hospedaje en las cabañas de Isla Palma para generar algunos ingresos.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible lanzó la campaña #NoEstánSolos, con la cual se pretendía ayudar a los zoológicos con recursos. De los 23 establecimientos del país, se han beneficiado seis, entre ellos el Oceanario Islas del Rosario, los zoológicos de Cali, Barranquilla, Santa Fe y Santacruz, y el Bioparque La Reserva. “Sin embargo, estas ayudas no son suficientes, se requieren muchos más recursos para el mantenimiento de estas instituciones de conservación de nuestra fauna silvestre”, señaló Minambiente.
Ángela Dávila, veterinaria del Acuario Rodadero de Santa Marta, ha escuchado a personas proponer que liberen a los animales. “Esto no es sencillo ni tampoco factible en la mayoría de los casos, pues cuando un animal ya está acostumbrado al cuidado humano, si se libera va a morir porque ya no sabe cazar o buscar comida, es por esto que nosotros tenemos claro que hay que hacer lo que sea para que a ellos no les falte nada”.
1.500
personas trabajan en los zoológicos del país, según Minambiente.