El boom de popularidad de Santa Elena le ha pasado su cuenta de cobro al corregimiento, que ha visto un crecimiento desmedido en los últimos años con la ocupación de espacio público y la proliferación de construcciones sin el cumplimiento de los requisitos legales.
Eso ha llevado a que el Distrito y los organismos de control le tengan que poner el ojo de manera especial a estas problemáticas. En lo que va del año, de manera conjunta, la Alcaldía y la Personería, con el acompañamiento de la Policía, han realizado intervenciones de las cuales se han desprendido 98 informes técnicos por construcciones sin licencias en suelos no aptos para el desarrollo de esta actividad.
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Posteriormente, esos procedimientos han desencadenado en intervenciones para impedir que se construya en predios ilegalmente, dejando como resultado 173 remociones de bienes. De esta manera, las autoridades han recuperado cerca de 5.000 metros cuadrados de espacio público.
De manera complementaria, la Secretaría de Gestión y Control Territorial, en unión con la agencia local del Ministerio ha hecho presencia en el corregimiento silletero con labores de capacitación que han llegado durante el año a cerca de 200 líderes comunitarios, ediles y ciudadanos del común en temas relacionados con procesos de control urbanístico, infracciones, trámites catastrales y acceso a servicios públicos.
La metodología en esos encuentros busca establecer un diálogo para que a la vez los participantes manifiesten las principales dificultades que enfrenta la comunidad en materia de ocupación del espacio público y planeación del desarrollo local y luego se planteen posibles soluciones.
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“Amamos a Santa Elena y no queremos construcciones ilegales”, indicó la habitante de Santa Elena Liliana Carmona, quien ha participado en el proceso.
Entre esas dificultades que se han ventilado figuran denuncias relativas al auge de construcciones sin licencia, estafas inmobiliarias, conexiones ilegales al servicio de acueducto y afectaciones al medio ambiente.
Se trata de situaciones que a la larga ponen en riesgo la salud de las personas y el adecuado ordenamiento del territorio.
“Escuchamos las inquietudes de los ciudadanos con referencia a algunos temas con los que tienen inconvenientes en el territorio, entre ellos, construcciones, acueducto, alcantarillado y catastro. Recojo las inquietudes para abordarlas con las dependencias de la Alcaldía y tomar acciones”, señaló el secretario de Gestión y Control Territorial, Juan Manuel Velásquez.
Informes periodísticos de EL COLOMBIANO han dado cuenta de los problemas urbanísticos y ambientales que enfrenta Santa Elena, que ha sido calificado como el gran pulmón verde de Medellín. Allí el crecimiento irregular y las construcciones ilegales colapsaron la capacidad de los servicios públicos.
Allí, en los últimos años se consolidaron sectores levantados de manera irregular, particularmente en veredas como Barro Blanco, Piedras Blancas y El Llano.
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Esto ha dado lugar a barrios enteros con una situación de salubridad crítica, sin suministro de agua suficiente, mal manejo de pozos sépticos y contaminaciones del suelo y los afluentes de agua.
Mientras que la cifra de habitantes llega a casi 33.000 personas y se le suma una población flotante copiosa que sería de unas 10.000 personas, sobre todo los fines de semana, los seis acueductos veredales apenas alcanzan a cubrir a 5.000 suscriptores.
Fuera de eso, reportes de Corantioquia, la autoridad ambiental del centro del departamento, indicaron a principios de septiembre que había 841 trámites activos relacionados con vertimientos, aprovechamiento forestal, concesión de aguas, ocupación de cauces y licencias ambientales, lo cual demuestra una gran presión sobre los recursos naturales.
