Colombia está en riesgo de un apagón. En un horizonte de cinco años, el déficit energía en firme que se viene acumulando durante los últimos años tiene al país en un escenario adverso.
Como uno de los pesos pesados en el mercado energético, EPM está liderando una ofensiva en varios frentes para alejar al país del fantasma de un racionamiento. La estrategia no solo comprende un reciente programa con el que la compañía busca aportar 2.100 megavatios nuevos al sistema antes de 2030, sino una apuesta para rescatar el mercado de la Costa Caribe, que hoy tiene en vilo a los generadores.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el gerente general de EPM, John Maya Salazar, se refirió a los proyectos que se echó al hombro la compañía.
Además lanzó una tesis provocadora: “Voy a decir algo que es muy importante: hoy paradójicamente Afinia está sosteniendo el sistema eléctrico colombiano”. Se refiere a la inversión de 5 billones de pesos que ha hecho EPM en esta empresa en la Costa y que ha evitado que se quiebren pequeñas y medianas generadoras.
Arranquemos con un tema coyuntural, el incremento de precio del gas. Vimos que en otros departamentos, como Cundinamarca y el Valle, está subiendo hasta 40%, y en Antioquia y en Medellín no subió, ¿por qué?
“A partir del próximo año se puede presentar un incremento de un 20% en Antioquia y el Eje Cafetero, porque el año pasado no hubo ese incremento. A principios del año hubo una situación un poco compleja con el gas en Bogotá, porque había subido entre un 30% y 35%. Eso fue producto de toda esa suba que le tocó asumir al gas, muy derivado de la autonomía que teníamos. Nosotros nos abastecíamos del gas producido en Colombia. Esos pozos del Piedemonte Llanero y de la Costa Atlántica de la Guajira van declinando y eso hace que se busquen nuevas alternativas, nuevas fuentes de gas. No se han encontrado porque no hay exploración y eso implicó que tuviéramos que importar gas”.
¿Hubo compras anticipadas de EPM que facilitaran que el precio no fuera tan alto?
“Sí, eso nos ha ayudado mucho, porque nosotros ya teníamos una cobertura más o menos de un 80%. La exposición que tenemos a comprar en el mercado secundario, lo que vaya surgiendo de acuerdo a la demanda, ya lo tenemos muy cubierto y para el año que entra también”.
El juicio ayuda a que no sea tan caro...
“Sí. En eso hemos sido muy juiciosos, muy diligentes y eso ha ayudado a que esos precios en Antioquia no sean tan exorbitantes”.
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Pasemos al tema financiero. ¿Qué balance hay de las transferencias que entregará la empresa al Distrito?
“EPM es una empresa pública cuyo dueño es el municipio de Medellín, por ello todos los excedentes que pueda generar EPM van para la gente del municipio. Esa es una gran fortaleza que tiene esta ciudad, que existiendo una empresa como EPM, que siendo pública y prestadora de servicios públicos, le da al municipio casi el 25% de lo que necesita para desarrollar todas sus obras y sus planes de desarrollo”.
¿Y este año cuánto es?
“$2,6 billones”.
Para seguir en ese capítulo financiero, ¿cómo va la venta de acciones en UNE? ¿Ya pasó la primera etapa? ¿Cuándo se espera recibir la plata?
“UNE sigue bien. Ya después de que pasó por el Concejo para la aprobación se empezó con la primera fase, que es ofrecer esas acciones al sector solidario. Esa primera fase se vence el 10 de diciembre, o sea, la próxima semana. Esta etapa que se hizo está orientada exclusivamente al sector solidario, sindicatos, a todas estas partes. Si hay alguna propuesta, se estudia, y si cumplen con los requisitos se venden esas acciones. Ya sigue la segunda parte que es al público general. En ese público general entrarían las personas o las entidades que están interesadas en comprar acciones”.
¿Eso cuándo va a terminar?
“Podría ser a finales de este año o principios del otro”.
Pero usted menciona Millicom, ¿hay mucho interés de parte de Millicom?
“Sí, ellos lo han manifestado, están interesados en comprar su participación en lo que queda de esas acciones de Tigo-UNE”.
¿Y serían $2,1 billones invertidos en los mismos proyectos que se hablaron en su momento?
“Esas destinaciones son muy importantes. Inclusive una parte de esa va para lo de valorización de residuos a través de una estación de transferencia, pero siguen por el momento los cuatro rubros que teníamos. Lo que sí es muy importante es que esos recursos entran en EPM, no van para el municipio, sino que están en EPM y ya con esa propuesta que se tiene se mirarán los proyectos que se tienen para esos recursos”.
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En el informe de calidad de vida de Medellín Cómo Vamos la ciudad alcanzó un indicador muy bajo de aprovechamiento comparado con Bogotá, es como la tercera parte de lo aprovechable, ¿estamos manejando mal las basuras?
“No en términos no de manejo, porque tenemos un depósito que son nuestros vasos en La Pradera. Pero la pregunta sí es cómo aprovechar en economía circular y cómo podemos hacer la valorización de los residuos. Estamos quedados ahí. Por eso el año que entra vamos a hacer varias cosas muy importantes.
Hay que recordar que a principios del año pasado, cuando empezamos esta administración, tuvimos una crisis muy dura en el vaso Altaír de La Pradera. Ese problema lo solucionamos y ya tenemos una capacidad para ese depósito de entre 6 y 7 años. Pero ahí no nos quedamos, porque vamos a seguir con el eterno problema de buscar dónde depositar basura y cada vez se hace mucho más difícil, porque tiene unas condiciones ambientales, sociales, de espacio.
A raíz de eso, en EPM, con Emvarias, ya tenemos varias alternativas. La primera será hacer una estación de transferencia, que queda en la Terminal del Norte, en ese lote donde están los bomberos. Con esa estación va a ser más eficiente esa recolección. Ya no todos esos residuos van a depositarse en La Pradera, sino que van a ser seleccionados”.
Mejor dicho, se hace el reciclaje ahí de alguna manera...
“De alguna manera, una primera fase, llamémoslo así. Lo segundo es que ya no va a existir todo ese número de vehículos, los recolectores de basuras yendo a La Pradera. Ya es con unas tractomulas más grandes que van a recibir esa selección que se hace en la estación de transferencia, entonces ya serán menos carros. Nos disminuyen los costos también a Emvarias. Y ya después lo que tenemos hoy en Emvarias, con el negocio del gas nuestro, vamos a hacer la extracción, lo que es el biogás y después biometano para inyectárselo a la red. Conectándolo con La Pradera, está toda la fuente de esa economía circular que estamos diciendo”.
Hablemos de energía. Sumando los 1.200 megavatios (MV) pendientes de Hidroituango más los proyectos solares y la convocatoria que acaban de hacer, EPM promete 2.100 megavatios a 2030. Cuéntenos cómo va esa iniciativa
“Tenemos un déficit muy importante en la generación de energía en el país. Hoy el déficit que tenemos de energía en firme con respecto a la demanda es más o menos de un 2,2%. El próximo año sube a un 2,5% y en el 2027 vamos a estar casi en el 4,2%, después baja a un 3%. A raíz de esto, nosotros como EPM hicimos una especie de subasta, le dijimos al mercado: ‘¿Quién tiene proyectos entre 5 y 100 MW?’. Se nos presentaron 118 propuestas, que suman más o menos 2.800 MW, más que Hidroituango.
El problema que tenemos es la condición en que están esos proyectos. De esos 2.800 MW, hay 120 MW que se pueden hacer ya, porque tienen dos condiciones que son absolutamente necesarias: licencia ambiental y punto de conexión. Con los que no tienen una de esas dos condiciones estamos acompañándolos a hacer las gestiones para poder viabilizarlos; es decir, si hay que ir a la UPME por punto de conexión, o si hay que ir a las corporaciones para lo de la licencia o la ANLA. Si sumamos los que ya son viables más esto, a la vuelta de un año podemos tener un bloque de unos 800 MW”.
¿Y con todo esto cuánto va a terminar ofreciendo EPM de energía?
“Un 17% más cuando esté todo Hidroituango. EPM puede llegar a aportar un 42% de la energía del país”.
Pasemos al tema de Afinia. Por momentos uno tiene la sensación de que se ha convertido como en una especie de hoyo negro para EPM o una carga muy complicada. ¿En qué estamos en Afinia?
“El mercado de Afinia es del orden de 1.800.000 usuarios, en cinco departamentos. Voy a decir algo que es muy importante: hoy paradójicamente Afinia está sosteniendo el sistema eléctrico colombiano”.
Explíquenos...
“En la región Caribe se juntan dos empresas: Air-e y Afinia. Air-e está intervenida por el Gobierno Nacional, con dificultades y cada vez se va volviendo más compleja la situación. La suma de las dos empresas en la región Caribe representa más o menos la tercera parte de la demanda del país.
Air-e debe unas platas a los generadores, a los comercializadores. El Gobierno Nacional de alguna manera le inyecta recursos, pero hay otros que no ha pagado.
Si usted le suma a la condición de Air-e y Afinia el bloque de no pago a los generadores, a los comercializadores, a las mismas empresas distribuidoras, hace que ese bloque sea tan grande que puede quebrar a muchos. Esos mismos generadores o esos mismos distribuidores, también atienden a otras distribuidoras en el resto del país. Si estos señores se quiebran, eso se vuelve un efecto dominó. Si se cae lo que es la Costa, mucha parte del país se cae en términos de esos generadores y de esos distribuidores. Por eso te digo, paradójicamente, lo que pasa hoy en Afinia, estamos sosteniendo el sistema eléctrico”.
Usted lo que nos está diciendo es que en realidad EPM está metiéndole plata a Afinia para prestar el servicio y para que no se caiga el sistema. ¿Cuánta plata le ha metido EPM?
“En este momento, sumado todo, el orden de $5 billones La responsabilidad que nosotros asumimos cuando nos metimos a Afinia es tener unos indicadores iguales a los que tenemos en las regiones donde nosotros estamos. Como nosotros no hacemos una discriminación, ese es el estándar y ese es el pensamiento del Grupo EPM donde llegamos, no solamente en Colombia, sino en Centroamérica, donde los estándares tienen que ser iguales”.
¿Van a dividir Afinia?
“Hay un proyecto que se llama Atenea, que es sacar a Cesar. En la Costa, tenemos unos niveles de pérdidas del orden del 29%, pero si nos vamos a Cesar son del 40%.
Es una situación más crítica. Podríamos hacer que los otros departamentos se sostengan, que vayan mejorando, pero Cesar necesita una atención diferente, una atención ya muy especializada en esas campañas. Ahí entra la institucionalidad, la Gobernación, la Alcaldía en Cesar, el Gobierno Nacional y EPM”.
Hablemos de Hidroituango, ¿cómo van las obras finales?
“En la segunda etapa vamos bien. En el total del proyecto, en los 2.400 MW, estamos en un 93,5%. Nos falta un 6% de la segunda parte. ¿Por qué en la segunda parte es el 6%? Acuérdense que nosotros ya habíamos empezado cuando fue lo de la contingencia. En esta segunda parte nos tocó volver a limpiar todo lo que quedó en la casa de máquinas de la parte sur, llena de todos esos escombros. Veníamos estos años limpiando, organizando, haciendo inyecciones para volver a solidificar la roca y haciendo todos esos trabajos. Ya llegamos al punto cero. Ya no es demolición, ya no es botar escombro, sino empezar a construir.
Para simplificarlo, tres cosas importantes en Hidroituango. La presa sigue exactamente igual, eso no tiene problema; la casa de máquinas, si la dividimos en dos, zona norte y zona sur, zona norte está funcionando y en la zona sur estábamos en todo este trabajo, ya estamos en el punto cero y ya empezamos a construir las turbinas”.
Todavía estaba pantanoso en la zona sur hasta hace poco...
“Hasta hace poco, hasta mediados de este año. Los transformadores ya están todos. Eso va a estar en el 2027 si no pasa nada raro. Al final del segundo semestre del 2027 (la 5, la 6 y la 7), y posiblemente la 7 a finales, por ahí para diciembre o a principios de enero del 2028. Creemos que para el 2027 entramos tres y en el primer trimestre del 2028 la octava máquina. Vamos bien”.
Otro proyecto importante es el acueducto de Urabá. ¿Cómo va la estructuración y cuáles son los plazos que se dieron?
“Nosotros tenemos unos estudios de EPM, que tenemos hace tiempo. La fuente del agua será el río León, que tenemos que hacer un trasvase. El río Turbo en épocas de verano se seca. Hay muchas perforaciones, llamémoslas así, donde se saca agua, pero eso no da para sostener toda la región de Urabá. Nos pegamos del río León, hicimos un estudio de distintas bocatomas y ya se determinó cuál es la adecuada, que tiene unas condiciones, porque el río León desemboca en el mar, ahí junto a Puerto Antioquia. La corriente salina, el agua de mar, se penetra mucho en el río León. Las condiciones del agua había que estudiarlas para que sean adecuadas. De cuatro puntos que se habían estudiado para esa bocatoma, ya definimos cuál es el punto importante. Teníamos unos prediseños de Turbo, Apartadó, Carepa y los corregimientos que están al lado. En este momento ya se va a empezar el diseño de detalle para ver cómo va a ser todo el sistema de acueducto y alcantarillado, que es muy importante. Ya se empezó con una planta de tratamiento de aguas residuales en Turbo y hay otras tres proyectadas”.
Es decir, ¿para cuándo puede estar todo y cuánto cuesta?
“Tenemos un presupuesto de más o menos $1 billón para este desarrollo del acueducto.
El gobernador (de Antioquia) sí está muy interesado en que Urabá tenga todo el desarrollo, como nosotros con EPM. Estamos trabajando conjuntamente. Ya se contrataron los diseños de detalle, nosotros también tenemos una participación como EPM y cuando tengamos el diseño, que tengamos la valoración, ya tomamos la definición. Vamos a apostar a que muy pronto, en un horizonte de 2, 3, o 4 años ya tengamos todo ese desarrollo”.
Es decir, ¿a más tardar en el 2028 ó 2029?
“Por ahí 2028 a 2030 debemos estar con ese desarrollo en Urabá porque ya es una prioridad, tanto en EPM como en la Gobernación de Antioquia”.