Con 18 votos a favor y solo tres en contra, el Concejo de Medellín aprobó el pasado sábado 8 de marzo una reforma a la estructura orgánica y funcional de la Alcaldía que propuso Federico Gutiérrez.
Lo más sonado, celebrado y también criticado de esta reforma fue la creación de la secretaría de Turismo y Entretenimiento, una de las banderas de la administración sostenida bajo el argumento de que este sector representa actualmente en la ciudad 110.000 empleos entre directos e indirectos y produce entre el 7% y el 8% del PIB del distrito.
Hasta el sábado, administrativamente el turismo dependía de una subsecretaría del despacho de desarrollo económico y de otras entidades como la Agencia de Cooperación Internacional y el Bureau, que por ahora seguirán funcionando pero que probablemente en el futuro tengan modificaciones en sus funciones o sean definitivamente suspendidas en el organigrama de la Alcaldía.
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Pero además de esa nueva dependencia, con la que ya la Alcaldía de Medellín suma 24 secretarías de despacho (la Alcaldía de Bogotá tiene 15), el Concejo aprobó otras modificaciones que, aunque parecen menores, dan cuenta del rumbo por el que Gutiérrez y los suyos pretenden llevar a la ciudad.
Por ejemplo, la Gerencia del Centro, que se creó en 2004 durante la alcaldía de Sergio Fajardo para atender las necesidades la comuna más neurálgica de la ciudad y darle un estatus especial, ahora se llamará “Gerencia del Centro y Territorios Estratégicos” y, como su nombre lo dice, ahora no solo se dedicará a atender las necesidades del Centro sino de todo lo que la administración de turno considere un “territorio estratégico”.
Ese cambio generó críticas entre quienes creen que este cambio de denominación y funciones le quitará fuerza y enfoque al trabajo al centro, más cuando esta Alcaldía se ha comprometido repetidas veces con darle solución a los problemas de explotación sexual, microtráfico, violencia, espacio público y pobreza del sector. No en vano Federico Gutiérrez se posesionó en la Plaza de Botero y su primera orden fue levantar las vallas que la tenían cercada.
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Jorge Melguizo, el primer gerente que tuvo el centro y una de las personas que mejor conoce las dinámicas de esta comuna fue uno de los críticos. “La Gerencia del Centro de Medellín debería seguir siendo solo Gerencia del Centro y no, como se pretende, Gerencia del Centro y de otros Territorios Estratégicos de Medellín (caben todos...). Sumarle otras zonas le quitará fuerza al necesario y urgente trabajo en el Centro (sic)”, escribió en su cuenta de X.
Y es que para clasificar como “territorio estratégico” los requisitos son amplios y generales: que estén priorizados en el plan de desarrollo, que tengan mayores retos en los indicadores de calidad de vida, que requieran atención especial debido a alguna contingencia o dependiendo de “las dinámicas que tengan en su momento”. Eso quiere decir que cualquier comuna o barrio de Medellín puede requerir la atención de la gerencia del centro a cualquier hora. Para este año, el presupuesto de esa gerencia es de apenas $3.810 millones, de los cuales $1.000 son para gastos de funcionamiento.
El concejal Alejandro de Bedout, proponente del proyecto de acuerdo, asegura que el centro seguirá siendo “lo misional y lo más importante de esta gerencia” y que si no fuera así, la hubieran dejado simplemente como gerencia de territorios estratégicos.
Por otro lado, las secretarías de Inclusión y las de la No Violencia hicieron un intercambio. La subsecretaría de derechos humanos ya no estará en inclusión sino que estará en No Violencia, que ya no se llamará No Violencia sino Paz y Derechos Humanos. La de Inclusión ahora se llamará Inclusión social y Familia, aunque un par de concejales del Centro Democrático pelearon para que fuera primero familia.
La Unidad Administrativa Buen Comienzo tuvo un cambio en sus funciones, ahora ya no estará a cargo del control y prevención del embarazo adolescente y esa responsabilidad la asumirá únicamente la secretaría de Salud, en cambio deberá responder por la coordinación e implementación de la política pública de primera infancia.
¿Exceso burocrático?
Uno de los cuestionamientos más frecuentes que ha tenido esta reforma es si representa más gasto administrativo y de funcionamiento para el distrito, especialmente en un contexto donde la actual administración dice haber encontrado la “olla raspada”. Con este argumento, por ejemplo, el concejal del Centro Democrático, Luis Guillermo Vélez, fue uno de los que votó en contra del proyecto de acuerdo.
Y es que incluso sectores empresariales afines al alcalde como Fenalco o la organización Libertank le han llamado la atención a Gutiérrez sobre el tamaño del Estado en Medellín. “Es alarmante el tamaño que ha alcanzado el conglomerado público en Medellín: con esta, serán 26 secretarías y departamentos administrativos, más de 30 entes descentralizados y 6 gerencias. Esto no solo genera redundancias y complicaciones burocráticas, sino que también facilita la corrupción. El enorme tamaño dificulta enormemente el control y la veedurías”, escribieron desde Libertank.
En respuesta, la Alcaldía asegura que salvo la creación de la secretaría de Turismo y Entretenimiento, ninguna de las modificaciones le generará un nuevo gasto al distrito sino que se usará el personal que hay actualmente y se trasladará a donde sea necesario. Sobre los costos de la nueva secretaría, de Bedout sostiene que solo se crearán tres nuevos empleos: un secretario de despacho, un subsecretario y un director técnico, pues el resto del personal será el que hace parte actualmente de la subsecretaría de Turismo que está en Desarrollo Económico. Esos tres puestos le costarán a Medellín unos $828 millones al año y, según el concejal, esta administración suprimió 36 cargos, 33 de libre nombramiento y remoción y tres de trabajadores oficiales. Con estos cargos menos, la ciudad se estaría ahorrando casi $2.000 millones cada año con los que se pagarían los nuevos cargos de Turismo y Entretenimiento y se fortalecerán las comisarías de familia y las inspecciones de Policía.
