Las palabras del jefe del Estado Mayor del Ejército francés, Fabien Mandon, encendieron el debate político en Francia luego de que instara al país a prepararse para eventuales “sacrificios” en el contexto de la tensión con Rusia.
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Durante su intervención en el congreso de la Asociación de los Alcaldes de Francia (AMF), el general advirtió que incluso escenarios extremos, como “perder a nuestros hijos”, deben contemplarse para disuadir a Moscú, declaraciones que rápidamente provocaron cuestionamientos desde la izquierda radical y la ultraderecha.
“Si nuestro país flaquea porque no está dispuesto a aceptar —hay que decirlo claramente— que podemos perder a nuestros hijos, o a soportar sacrificios económicos porque las prioridades deberán dirigirse, por ejemplo, a la producción de defensa; si no estamos preparados para eso, entonces estamos en riesgo.” expresó.
El alto mando aseguró que Francia tiene una responsabilidad mayor dentro de Europa debido a que cuenta con “un ejército de referencia” y adelantó que el objetivo es duplicar el número de reservistas hasta alcanzar 80.000, además de los 200.000 militares activos. El mensaje, que describió un escenario “muy negro”, fue dirigido a alcaldes, a quienes pidió transmitir esta alerta a sus comunidades.
Las reacciones no tardaron. Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI), rechazó por completo las palabras del general, recordando que no le corresponde “invitar a los alcaldes ni a nadie a preparaciones guerreras” ni anticipar sacrificios derivados de fallas diplomáticas.
Desde la extrema derecha, Sébastien Chenu, vicepresidente de Agrupación Nacional (RN), coincidió en que Mandon “no tiene legitimidad” para hacer ese tipo de llamados, a menos que cuente con un mandato explícito del presidente Emmanuel Macron.
La controversia estalló en paralelo a la publicación por parte del Gobierno de una nueva “guía de supervivencia” destinada a preparar a la población para escenarios de crisis, incluidos conflictos armados.
El documento recomienda a los ciudadanos crear un kit básico para tres días, con artículos como linterna, radio de pilas, documentos esenciales, ropa de abrigo, agua y una manta, lo que muchos interpretaron como un contexto que amplifica el impacto de las declaraciones militares.