Con su mensaje de confianza sobre una futura llegada del hombre a Marte, Barack Obama recordó ayer a uno de los líderes más carismáticos de la historia de Estados Unidos. John F. Kennedy fue el presidente que le dio el empujón definitivo a la ambiciosa empresa de conquistar la Luna, con un discurso emotivo el 12 de septiembre de 1962.
“¿Por qué, se preguntarán algunos, elegimos la Luna? ¿por qué la elegimos como nuestra meta? Y tal vez, también se pregunten: ¿Por qué escalar la montaña más alta? ¿Por qué 35 años atrás volamos sobre el Atlántico? (...) Elegimos ir a la Luna, en esta década, no porque sea fácil, sino porque es difícil. Porque esta meta servirá para organizar y probar lo mejor de nuestras energías y habilidades”, dijo el recordado mandatario en la Universidad Rice.
Cinco décadas después, con las proezas de EE. UU. en la Luna todavía insuperables, Obama parece estar buscando dar un empujón similar a las ambiciones sobre Marte.
“Hemos establecido una meta clara, que es clave para el próximo capítulo de la historia espacial de EE. UU: enviar humanos a Marte para 2030 y traerlos de vuelta sanos y salvos a la Tierra, con el objetivo último de que un día puedan permanecer allí por una temporada larga”, dijo el presidente de esa nación en un artículo que publicó en CNN.
“Uno de mis primeros recuerdos es estar sobre los hombros de mi abuelo agitando una bandera cuando nuestros astronautas regresaban a Hawái (...). Todavía conservo el mismo sentido de asombro por nuestro programa espacial. Representa una parte esencial de nuestro carácter de curiosidad y exploración, innovación, siempre presionando los límites de lo que es posible y haciéndolo antes que todos”, agregó.
“Llegar a Marte requerirá cooperación entre operadores del gobierno e innovadores privados, y ya estamos en camino. En los próximos dos años, las compañías privadas enviarán por primera vez a astronautas a la Estación Espacial Internacional”, afirmó.