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El informe que enfrenta a Arabia Saudí con Estados Unidos

Un documento revelado por el Gobierno Biden responsabiliza al príncipe saudí del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

  • El príncipe de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, es señalado en el informe de EE.UU. como responsable de aprobar la operación contra Khashoggi. FOTO EFE
    El príncipe de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, es señalado en el informe de EE.UU. como responsable de aprobar la operación contra Khashoggi. FOTO EFE
28 de febrero de 2021
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Las relaciones del reino de Arabia Saudí y Estados Unidos pasan por el momento más delicado de los últimos años. Un informe de dos páginas revelado por el Gobierno de Joe Biden indica que el príncipe heredero del reino, Mohamed bin Salman (MBS), tenía absoluto control de todo lo que pasaba en su país cuando ocurrió el asesinato de Jamal Khashoggi.

El periodista y disidente de 59 años fue asesinado y descuartizado en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018. Khashoggi residía en EE.UU., era colaborador del prestigioso diario The Washington Post y un feroz crítico del gobierno en Arabia Saudí. Su cuerpo aún no ha sido recuperado.

El documento, que Donald Trump se habría negado a desclasificar en su momento, según confirman agencias como EFE, señala que en el asesinato de Khashoggi están implicados directamente asesores y miembros de la seguridad personal del príncipe, lo que apuntaría a la imposibilidad de que no conociera lo que estaba ocurriendo.

“Estamos observando un giro total en esta relación que demuestra que incluso la política exterior del país más grande e importante es altamente presidencialista”, señala Paula Ruíz, investigadora asociada al Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales de la Universidad Externado de Colombia. “Biden quiere demostrar que no puede haber gobierno por encima de los principios básicos que defiende la constitución de los EE.UU. Ese no es el aliado que Biden quiere en la región. Si se va Arabia, hay otros socios más dóciles en la región”.

A pesar de que la reacción inmediata de Arabia Saudí, que siempre ha negado su participación en el delito, fue el silencio absoluto, posteriormente el Ministerio de Exteriores calificó las conclusiones del informe de “falsas” e “inaceptables”, al tiempo que resaltaba la solidez de sus relaciones con Estados Unidos. La suerte de ambos países está destinada, por ahora, a un entendimiento obligado.

Los saudíes necesitan el apoyo de EE.UU. en la región que evita la supremacía de Irán, su principal enemigo. El Gobierno Biden, a su vez, busca evitar una mayor inestabilidad en la región, ya asolada por la guerra civil en Yemen. Eso explica que a pesar el informe, la administración estadounidense haya evitado sancionar al príncipe Bin Salman.

El Departamento del Tesoro reveló que ha impuesto sanciones al exsubdirector general de Inteligencia de la Presidencia saudí, Ahmad Hasan Mohamed al Asiri, al que describe como cabecilla de la operación, así como al cuerpo de seguridad Fuerza de Intervención Rápida, encargada de la protección del príncipe, además de restricciones de visado a otras 76 personas que “se cree que han estado implicados en amenazas a disidentes en el extranjero”.

Organizaciones de derechos humanos han criticado la ausencia de sanciones directas. Josh Cooper, vicedirector de la ONG saudí ALQST, lamentó en declaraciones a EFE que la Administración Biden “ha fracasado en tomar los pasos necesarios” al no castigar al que apuntan como responsable del asesinato.

Sin embargo, asegura, el “informe por sí mismo es un paso significativo hacia la transparencia. Representa por parte de EE.UU. un reconocimiento oficial de que MbS aprobó la operación de asesinato de Khashoggi”.

La reacción en la región de influencia del reino ha sido de absoluto apoyo al príncipe. Los países del golfo Pérsico han cerrado filas en torno a Arabia Saudí, condenando cualquier “interferencia” en la soberanía del reino. Kuwait, Baréin, el Yemen y Emiratos Árabes Unidos difundieron comunicados en los que condenaron y rechazaron “cualquier intento de explotar esta cuestión”, en referencia al asesinato de Khashoggi.

Esta situación podría conllevar un giro de 180 grados en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí, su principal aliado en el golfo Pérsico, puesto que además la Administración Biden dijo que está revisando las relaciones con el reino “en su totalidad”. “Biden presiona al reino para que hagan cambios en materia de DD.HH.”, finaliza Ruiz, antes de agregar: “le sirve para romper con la relación que había construido Trump alrededor del negocio de armas”.

2018
fue el año en que Jamal Khashoggi fue asesinado en un consulado saudí.
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