En el ciclismo actual hay un rey que prefirió cambiar de bando para seguir luchando por grandes conquistas: el esloveno Primoz Roglic, quien ahora defenderá los colores del equipo alemán Bora-Hansgrohe, en el que milita el colombiano Sergio Andrés Higuita y al que también llega su compatriota Daniel Felipe Martínez (Ineos).
En días recientes sonaron fuertes rumores de una posible fusión del Jumbo-Visma con el Soudal-Quick Step.
Pero antes de que Patrick Lefevere, jefe del equipo belga Soudal confirmara que había conversaciones para unir su escuadra con el Jumbo, a la que llegó el esloveno Roglic en 2016, este último se adelantó al señalar que no continuaría en el cuadro neerlandés a partir de la próxima temporada.
A sus 33 años de edad, en plena madurez deportiva y dándole batalla a las jóvenes promesas que empiezan a dominar la escena mundial, entre ellos su compatriota Tadej Pogacar (UAE) y el belga Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step), Roglic prefirió dar un paso al costado y dejar el escuadrón con el que logró el respeto y brillo deseado. Bueno, le faltó con este conjunto el título más anhelado, el del Tour de Francia, luego de escapársele en 2020 cuando fue segundo.
Un vínculo –que parece lejano– entre Soudal y Jumbo le hubiera puesto el camino más difícil a Roglic para coronar su sueño amarillo, pues tendría nuevos compañeros de prestigio y con similares intereses.
De hecho, en los últimos dos años, el título de la Grande Boucle quedó a favor de su compañero, el danés Jonas Vingegaard.
El principal objetivo de Roglic este año fue entonces el Giro de Italia y lo consiguió, y cuando iba en busca del cuarto título de la Vuelta a España, tras ganarla en 2019, 2020 y 2021, se atravesaron en su propósito sus compañeros Vingegaard, quien quedó segundo, y el estadounidense Sepp Kuss, gregario que terminó siendo campeón.
Con Jonas y Kuss, así como con los belgas Evenepoel y Wout Van Aert y el francés Julian Alaphilippe, que pertenecen al Soudal, Roglic no tendría las mismas oportunidades de figurar como las tuvo en el pasado.
La salida del esloveno del Jumbo hace recordar a otros pedalistas que, siendo jefes de filas de sus elencos, decidieron cambiar de rumbo para seguir siendo líderes y vencedores (ver uno por uno).
Les gusta ganar
Para Luis Fernando Saldarriaga, especialista en ciclismo, la determinación de un corredor exitoso de mudarse de equipo corresponde a situaciones del entorno.
“Algo puede estar fallando, no se sienten a gusto con los manejos en la parte interna y como son campeones siempre buscan proyección, seguir ganando, refrendar lo que han obtenido”.
En ese sentido ven la forma de cambiar de estructura, de preparador, hasta de mánager porque corredores referentes se deben a un resultado y si en el grupo de trabajo en el que se encuentran no hay un ambiente adecuado encuentran nuevas alternativas.
Para Saldarriaga, una fusión entre Soudal y Jumbo, que se convertiría en un Dream Team, no es la más indicada. Asegura que es el mismo pedalismo el que pierde.
“Más allá de ver a tantos capos en una misma escuadra, en sí se pierde un equipo, una plaza WorldTour. Se quedan 30 corredores sin trabajo en el pelotón, sobre todo porque este es un deporte que depende mucho del respaldo que brindan los patrocinadores”, agregó Saldarriaga.