Tres gremios de la prensa de Venezuela declararon ayer al país "zona de desastre" para la libertad de expresión y el ejercicio libre del periodismo y denunciaron lo que llamaron "persecución gubernamental" contra dos comunicadores.
El Colegio Nacional de Periodistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y el Círculo de Reporteros Gráficos emitieron un comunicado en el que se indica que "no es tiempo de cobardes" sino "de ejercer nuestra ciudadanía con integridad y dignidad".
Ello, tras remarcar que no fomentan ni auspician la violencia porque "no creemos en agendas conspirativas ni creemos necesaria la confrontación fratricida para que nuestros sueños se hagan realidad", algo de lo cual el gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, ha achacado en las últimas horas a dos comunicadores.
Los gremios expresan "total solidaridad y respaldo" a Miguel Ángel Rodríguez y Laureano Márquez, acusados por el Gobierno de efectuar llamamientos a la violencia a través de la emisora de televisión y el diario en los que trabajan, respectivamente.
Aunque en su comunicado los tres gremios llaman al Gobierno "a reflexionar y rectificar", lo acusan de pretender "desaparecer o ahorcar a los medios con posturas críticas (a la gestión de Chávez), cortar las fuentes de trabajo y perseguir judicialmente, con argumentos amañados, a colegas y compañeros".
Agrega que los medios de comunicación del país "han servido a través de los periodistas como testigos y voceros de la ciudadanía para denunciar problemas que afectan las condiciones de vida de todos", lo que constituye "un deber al que no vamos a renunciar".
"Preocupados por el estado de derecho y el cumplimiento de la ley, condenamos enérgicamente la represión contra los estudiantes, los empresarios y los periodistas, el cerco sistemático existente en Venezuela a todo lo que no vista de rojo, a través de la institucionalización de la violencia selectiva fomentada desde el poder", añade.
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