El constructor es el primer responsable por eventos como el desplome de 84 apartamentos de la urbanización Space, en la noche del sábado pasado.
Así se desprende de lo dispuesto en el artículo 2060 del Código Civil que plantea que si el edificio "perece o amenaza ruina" en los 10 años siguientes a la entrega de la obra, sea por vicios de construcción, suelo o materiales, son responsabilidad del constructor. Pasado ese término, la responsabilidad recae sobre los copropietarios.
A propósito de ello, el presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Jorge Humberto Botero Angulo, llamó ayer la atención sobre la normatividad actual que no obliga a los constructores a tomar el que se conoce como "seguro de calidad y estabilidad de obra" que se convierte en un respaldo para los usuarios finales que resulten afectados por la mala calidad o inestabilidad de una obra.
"Cursa en el Congreso el proyecto de Ley 029 del 2013 que pretende establecer como obligatorio este seguro para la vivienda nueva. En este caso, el tomador es el constructor, mientras que el asegurado y beneficiario es el propietario final del inmueble", agregó el líder gremial.
Al tiempo que avanzan las investigaciones administrativa, por parte de la Alcaldía, y de posible responsabilidad penal, en manos de la Fiscalía, de la firma constructora CDO, queda en evidencia que Colombia está en pañales en cuanto a aseguramiento de edificaciones.
¿Seguro obligatorio?
Cifras de Fasecolda arrojan que el seguro obligatorio de bienes comunes solo lo tiene un 10 por ciento de las copropiedades del país, apenas 17.424 con corte a 2012, cuando es determinante para minimizar el impacto económico de un incendio o terremoto, según lo dispuesto en la Ley 675 de 2001.
"Aunque es por ley y cubre a las zonas comunes de la copropiedad, muchos edificios, especialmente los más viejos, no lo toman, cuando es importante para todos los copropietarios", explica Alfonso Álvarez López, director de Asociación de Propietarios, Arrendatarios y Administradores de Propiedad Horizontal de Colombia (Asurbe).
De ahí que el experto señale que lo más recomendable, así incremente el costo de las cuotas de administración, es asegurar el ciento por ciento de la infraestructura, es decir, zonas comunes y privadas, ante unos eventos precisos que obliguen a una reconstrucción.
Los enseres también valen
Pero de "la puerta del apartamento para adentro", el aseguramiento no está mejor, pues las cuentas de Fasecolda es que el seguro voluntario de hogar solo es tomado por el 5 por ciento de las familias colombianas.
Este producto es distinto al seguro de vida que conlleva el crédito hipotecario de vivienda, que se estima cubre a 1,2 millones de inmuebles en el país, el cual cubre la deuda con la entidad financiera si el beneficiario del préstamo fallece o tiene invalidez antes de cumplirse el periodo de pago.
El mercado asegurador ofrece distintos planes de seguros de hogar, acorde a la cobertura que desee el tomador, para respaldar desde las mejoras internas a la infraestructura, así como enseres, que van desde equipos móviles (fuera y dentro del predio), pasando por electrodomésticos, obras de arte, joyas y hasta la ropa, si lo considera necesario.
Ahora, como en todos los seguros, (ver gráfico), cada tomador es un caso particular y el valor de la prima está determinado por qué tanto nivel de riesgo pueda llegar a tener.
Un primer paso es comenzar a evaluarlo de forma individual y con su familia, teniendo en cuenta que nadie está exento de una calamidad y ya existen los productos para protegerse antes de que un incidente de grandes magnitudes lo recuerden.
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