La mesa de concertación que busca llegar a un acuerdo en el conflicto laboral en Urabá no reportó ayer avances significativos.
Voceros de las partes indicaron que el de ayer fue un día de consultas, más que de acercamientos concretos.
Tanto los empresarios como los trabajadores aseguraron que el receso no significa una suspensión de la negociación. Al contrario, insisten en que la vía del diálogo será mantenida hasta llegar a un arreglo.
Pese a que han circulado versiones respecto a un acuerdo sobre el tiempo de vigencia de la convención, la mesa de concertación no realizó ningún anuncio oficial sobre el particular.
Sintrainagro pide que la convención se firme por dos años y los empresarios hablan de cuatro años. Hace dos semanas, antes de que se declarara la huelga, se había informado que el acuerdo entre las partes fue por una vigencia de tres años. Sin embargo, ese punto volvió al debate la semana pasada.
Tampoco es cierto que se hicieran ajustes en las pretensiones de los trabajadores ni en la oferta de los empresarios. Así, el tema más complicado sigue siendo el aumento salarial.
Mientras tanto, en las fincas se mantiene la parálisis de los trabajadores. Son más de 19.500 familias afectadas por la huelga y para todos en la región de Urabá es claro que las pérdidas económicas son compartidas.
Los empresarios han dejado de exportar 370.000 cajas de banano cada día. Los trabajadores pierden un promedio de 250.000 pesos semanales por la parálisis. En ese sentido, la economía de la región ha percibido reducción en su dinámica.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
