Renault regresa de nuevo al segmento de sedanes medios. Esta vez de la mano del Renault Scala, producido en la plataforma del Samsung SM3 de Samsugn Motors (que hace parte del grupo Renault).
Se trata de un sedán con un motor de 1.6 litros, cuatro cilindros que alojan 4 válvulas por cilindro. Además está dotado con un sistema CVTC de control continuo del tiempo de apertura de válvulas. El motor entrega una potencia de 110 caballos de fuerza a 6.000 revoluciones por minuto y su torque está tasado en 14.8 kilogramos por metro a 4.800 revoluciones por minuto.
En su presentación oficial estaban dispuestas las dos versiones, diferenciadas básicamente por su transmisión: mecánica o automática.
El primer golpe de vista muestra un carro de líneas sobrias, redondeadas que adelante alberga en todas las versiones las luces antinieblas como complemento del conjunto óptico, una parrilla alargada enmarcada por una línea superior cromada y el logo Renault en el centro que le dan carácter a su frente. Adentro una cabina de buen espacio tanto para las piernas como en su altura para que 4 personas de talla media se puedan alojar. Un volante de tres radios, de un diámetro cómodo para su manipulación y buen tacto. Los controles y pantallas de información se encuentran dispuestos de manera ergonómica. Quizá el único elemento que es difícil de encontrar es el control de los espejos eléctricos, que no está sobre el apoyabrazos en la puerta del conductor, si no en el panel delantero al lado izquierdo, que no es una posición tan intuitiva. Eso sí la apariencia del vehículo es un poco austera por sus plásticos.
En la ruta
La posición de manejo, con la silla del conductor regulable en altura, longitud y lumbar y el volante también con reglajes en altura y profundidad, ofrece una condición cómoda.
Se destaca la visibilidad tanto al frente como a los costados del auto.
En marcha el sonido del motor se filtra un poco más de lo deseado a la cabina, aunque sin llegar a ser una tortura durante el viaje.
Su respuesta desde los primeros momentos de la marcha es ágil y contundente, tanto en la versión mecánica como en la automática, y las recuperaciones y entrega de potencia son constantes. Ofrece una buena seguridad, por ejemplo, para los rebases.
En la versión mecánica, en la búsqueda de las diferentes marchas, en un par de ocasiones no fue tan preciso el cambio a quinta velocidad, que hay que buscarla muy hacia la derecha del recorrido de la palanca y resultaba puesta la tercera marcha.
El Scala monta suspensiones tipo McPherson adelante y Multibrazo en el tren trasero. Este conjunto le otorga estabilidad al carro aunque se percibe una caída en baches algo fuerte.
Las dos versiones cuentan con frenos de disco ventilado adelante y tambor atrás que reaccionan de manera rápida a la exigencia en el pedal. Se complementan con ABS, sistema repartidor electrónico de frenado (REF) y el sistema de frenado de emergencia (Safe).
El terreno está servido, y el Scala quiere entrar pisando duro.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
