Dejaron a un lado la realidad de armas y combates; atrás los días en los que lucharon por recuperarse de sus heridas físicas y emocionales. Ayer fueron graduandos, de toga y birrete.
Ingresaron al auditorio de la Cuarta Brigada como héroes, con las notas de una marcha y ante las miradas cariñosas de sus familiares. Protagonizaron la ceremonia en la que recibieron diplomas de primaria, bachillerato y de estudios técnicos.
Ayer, los exaltados fueron 10, pero gracias a la Fundación Héroe Camina, más de cien soldados heridos en combate, que hacen su proceso de reintegración a la vida civil, se cualifican.
Un minuto de silencio por los oficiales caídos les puso la mirada en el suelo, pero luego solo hubo tiempo para la alegría, los abrazos y las palabras de aliento de los representantes de Héroe Camina, la Cuarta Brigada, el Instituto Ferrini y la Fundación Mi Sangre.
William Flórez fue distinguido como el mejor bachiller. Sorprendido, recibió un computador de regalo. Reconoció que es juicioso y responsable, pero fue su suegra, Alba Castaño, la que reveló que todos sus logros se deben al esfuerzo y motivación que le pone a todo.
"Él desarrolló sus potencialidades y ahora lidera una corporación que apoya a niños, a personas en situación de discapacidad y a madres cabeza de familia", dijo.
Quiénes son
Carlos Bedoya fue el encargado de hablar en nombre de sus compañeros. Resultó herido en un ataque armado en un barrio de Medellín y, aunque tuvo que suspender por algunos momentos sus estudios por el tratamiento, logró terminar la secundaria y ahora quiere ser contador.
Siempre trata de estar de buen humor, expresó, porque, "esa es la fortaleza del ser humano, para pensar más claro, aunque con las chicas no funciona esa estrategia, porque creen que uno no les habla en serio".
Wílmar García perdió un pie mientras estaba en un grupo contraguerrilla. Seis años después de ese hecho se convirtió en pintor y, oficialmente, ya es bachiller.
John Rentería terminó la técnica en Sistemas; y Alexánder Herrera, el "bachiloco". Fueron víctimas de minas antipersonal y su deseo es continuar su formación.
"Es un honor ver su espíritu de superación", les dijo Álvaro Henao, presidente de Héroe Camina, que les ofrece proyectos educativos, de salud, vivienda y reincorporación a la vida civil, de los que se benefician 503 personas.
"Ejemplos de vida" los llamaron varios asistentes, "héroes" fue la palabra que más les repitieron. Ellos sonrieron y se aferraron a sus diplomas. Los aplausos se escucharon fuertes, sentidos.
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