Durante la audiencia de acusación formal, el exsecretario de salud de Bogotá Héctor Zambrano aceptó los delitos de cohecho propio, celebración indebida de contratos y contratos sin cumplimiento de requisitos legales, por el escándalo conocido como carrusel de la salud.
“Acepto los cargos y la correspondiente acusación”, dijo Zambrano al considerarse culpable de los delitos y ser consciente de renunciar de forma voluntaria a la oportunidad de contar a un juicio público.
Zambrano también expresó que desea “colaborar con la justicia” en el escándalo de la contratación.
Así las cosas, el exsecretario de salud recibiría una rebaja sustancial en su pena y se convertiría en otro testigo estrella de la Fiscalía y permanecerá en la cárcel La Picota de Bogotá.
En una audiencia de imputación de cargos anterior, ante el juez 67 de Bogotá, la Fiscalía General explicó que Zambrano sería habría incurrido en tales conductas entre el 22 de abril de 2009 y el primer semestre del 2010, cuando en ejercicio de su función suscribió el contrato 1229 con la Unión Temporal de Transporte Ambulatorio de Bogotá por 67 mil millones de pesos, en el cual hubo supuestamente, un beneficio del 9 por ciento.
Según lo establecido, el exsecretario recibió dineros del contrato que buscaba la consecución de ambulancias dotadas con equipos para atender a la población.
En dicho contrato, al parecer, se pusieron de acuerdo el expresidente del Concejo de Bogotá para la época, Hipólito Moreno Gutiérrez, y los contratistas Emilio Tapia y Julio Gómez.
En su momento el fiscal del caso también afirmó que Zambrano habría defraudado a la administración distrital en 17 mil 500 millones de pesos y que posiblemente favoreció a la Unión Temporal sin que esta tuviera capacidad jurídica para contratar.
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