Esta es otra historia que le demuestra a los críticos de Justicia y Paz que el proceso sí vale la pena y que sí hay desmovilizados comprometidos con la legalidad y la reinserción.
José Humberto tiene 32 años y ayer se graduó oficialmente como operario de brownie y wáfer, de Microempresas de Antioquia.
Él prestó servicio en el Ejército y se quedó dos años más sirviéndole a la patria hasta que tuvo un problema con un superior y abandonó las filas. Al mes siguiente, y con el único objetivo de vengar las muertes de un hermano de 16 años y dos sobrinos de 9 y 13 años, se integró a la banda El Plan, en Granizal.
"Éramos 18 hasta que una noche nos cayeron las autodefensas a decirnos que teníamos que entregar las armas o unirnos a ellos", cuenta José y así fue. Todos los de la banda entraron a formar parte del bloque Héroes de Granada, comandado entonces por Diego Murillo Bejarano, alias "Berna".
"A mí me tocó patrullar en Santo Domingo, San Carlos y San José del Nus hasta que me desmovilicé" en 2004, después de 36 meses de ilegalidad en los campamentos paramilitares.
De inmediato, el muchacho, que actualmente tiene dos hijos de uno y siete años, ingresó al Programa de Paz y Reconciliación en Medellín.
Inquieto y con ganas de aprender, fue el único en Colgalletas que se le midió a ocho horas seguidas sometido al calor de la máquina cremadora.
"A todo el mundo le daba lidia ese puesto, pero a mí me gustaba", dice con un aire de orgullo. Aprendió a manejar las máquinas de hacer brownie y galletas wáfer, aunque "nunca me imaginé que iba a terminar haciendo galletas".
Luego de tres meses de capacitación y otros tres de práctica, la empresa Colgalletas decidió prolongarle el contrato hasta hace un mes.
José Humberto, juicioso, ha estudiado desde el día que se desmovilizó. Empezó en tercero de primaria y ya está cursando séptimo. Su afán es terminar rápido para empezar una carrera técnica.
Él hombre admite que entró a la ilegalidad para cobrar los daños que le hicieron a su familia, y confiesa que también hizo daños.
"Pero les he pedido perdón a las mamás que hice sufrir porque son vecinas mías además y ellas, con muchas agallas, me dijeron que me querían perdonar".
Con él se graduaron otros 34 desmovilizados de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada.
Juan Carlos Botero, psicólogo del Programa de Paz y Reconciliación de la Alcaldía, afirma que el cambio de los participantes es muy positivo después de lidiar con problemas de adaptabilidad, de respeto a las normas y a los jefes, de consumo de drogas.
"Pero la mayoría ha mostrado cambios muy positivos", aseguró el funcionario de la Alcaldía de Medellín.
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