Aquí las paredes hablan, los pisos suenan a instrumentos musicales. La historia envuelve a los niños, los genios de la Humanidad resucitan y los personajes de historias como María, Opio en las nubes, El coronel no tiene quien le escriba y otros clásicos colombianos, recorren los senderos del parque y se mezclan con las personas del común. Por eso, entre sus caminos se cruza con facilidad un circo para leer, con senderos ecológicos pintados de conocimiento o un hombre que levita como pegado del cielo, al lado del último libro sobre la otra vida de un famoso capo: El otro Pablo.
Todo esto, y más, le da vida a la Fiesta del libro y la cultura, que se desarrolla en el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, donde se desprende un Medellín como una ciudad para leer y escribir, como el menú principal de un evento organizado por la Secretaría de Cultura Ciudadana, de la Alcaldía de Medellín.
Durante 10 días, este pulmón biológico y hoy cultural de Medellín, es el escenario donde escritores, artistas, público, expositores e invitados en general comparten la magia de los libros y la lectura, ayudando a la transformación de la ciudad. Conciertos musicales, presentaciones escénicas, películas, exposiciones, seminarios, reconocimientos, foros, lanzamientos de nuevas obras, lúdica, poesía y magia, entre mil y una alternativas, le dan vida a esta carta de lujo y de presentación artística y académica de la fiesta de los libros.
Llama la atención dentro de la agenda, y como parte de las diferentes opciones, el seminario de Literatura infantil, en el que se resaltó la importancia que hoy tienen los temas de literatura infantil en Medellín, la necesidad de promover la lectura y la escritura y dos temas cruciales en el momento: la censura en los libros infantiles y el boom de los libros ilustrados.
Fabio Gallego, comunicador y organizador de este seminario, se refirió a este asunto: "se tratan temas álgidos e importantes de lo que ha pasado en la ciudad, estamos hablando del boom que hubo frente a los libros ilustrados y cómo se juzgó acerca de si éstos eran o no literatura. También sobre temas importantes como la censura en los libros infantiles, ya que son tópicos delicados sobre temas considerados no aptos para los niños, como la sexualidad o la misma homosexualidad".
Resulta que ahora escribir acerca de reyes, hadas, princesas, brujas, dragones, castillos y tesoros es mucho más complejo de lo que se creía. Hoy, el público al que va dirigido este material es más exigente y sabe distinguir muy bien entre un mal texto y la buena literatura.
Escribir para niños y adolescentes exige conectar con el niño que aún tenemos dentro y también un montón de recursos técnicos y literarios que aún debemos aprender.
Por ahora, que las paredes sigan hablando, los coroneles esperando respuestas y que las letras continúen de fiesta con el libro. Que las sorpresas no cesen y las palabras sigan contando historias, en una suerte de danza montañera que baila al ritmo de nuevas creaciones, entre nubes de opio y marías "emblogadas" en el siglo XXI.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
