Aunque madrugaron el domingo a las 8:00 de la mañana, no pudieron montarse en el cable para llegar al Parque Arví, pues a esa hora había ya una larga fila de gente esperando turno, por lo que decidieron irse por carretera.
Pero valió la pena, según Ubiele Areiza y su esposo Fabián González, que junto a sus dos hijos, un sobrino y su perra Juana, volvieron al lugar luego de dos años.
"Lo encontramos con un cambio extremo, no sólo en su infraestructura sino también en la vigilancia y en el comportamiento de la gente", expresa Ubiele.
Esta familia acampó e hizo parte de las más de 2.500 personas que el domingo coparon la capacidad del parque y de las cerca de 300 que se quedaron hasta ayer acampando, según el profesional universitario turístico de la Corporación Parque Arví, Herman Santana.
Para ellos es un sitio ideal para caminar, descansar, relajarse y respirar aire puro, así sea muy frío, pues en la madrugada la temperatura puede llegar a menos de cinco grados centígrados.
A Ubiele también le sorprendió gratamente la educación de la gente y el comportamiento en el parque.
"La gente, antes de irse, recoge las basuras y limpia el sitio en el que estuvo".
No es la primera vez
Para quienes utilizan con frecuencia el metro, ya es habitual que los fines de semana, y más en puente, que antes del mediodía escuchen por los altavoces que debido a que el parque ya copó su capacidad, se suspende el servicio del cable Arví, así sea abierto, pues es una manera de regular, por razones ambientales, el ingreso.
Y aunque dice Santana que en esta temporada se incrementó la afluencia al parque, desde que entró la operación temprana, el 9 de febrero de 2010, Arví ha recibido unos 240.000 visitantes, así esté todavía en construcción.
"Vienen a disfrutar de este espacio ya con una infraestructura que por lo menos permite hacer un uso responsable del mismo, es decir, con fogones, baterías de baño, kioscos, sitios para la disposición y manejo de basuras", anota Santana.
Con el parque llegó también una dinámica económica que se puede apreciar en la carretera, en los establecimientos nuevos y viejos, con una oferta muy variada de productos. Adentro del parque, emprendedores locales hacen su agosto, especialmente los fines de semana.
Por ahora el parque, que todavía está en construcción, ha entregado una parte de la infraestructura: el núcleo de Comfenalco y el de picnic y los senderos, que suman alrededor de 50 kilómetros para caminar y montar en bicicleta, pero ya se ha convertido en uno de los destinos ecoturísticos favoritos.
"Aquí se respira aire limpio y es un sitio ideal para disfrutar en familia. Muy natural", afirma Martha Quintero.
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