En las horas finales de la tarde, cuando el sol cae, los arrieros entran a las fincas con sus cargas de café. Entre el contraste de colores de este momento del día solo se alcanzan a adivinar sus siluetas. Esa imagen típica de Pueblorrico en las cosechas cafeteras fue con la que creció Deicy Cifuentes y la que inspiró el nombre de su empresa, Arrebol Café.
“Arrebol es el tono rojizo que adquieren las nubes en el atardecer. Desde Pueblorrico siempre se ven unos atardeceres preciosos. Incluso está en nuestra himno: Al rojizo tono de arrebol. Por lo que cuando pensamos en el nombre, esa palabra, que evoca nostalgia y añoranza de hogar, fue la indicada”, destaca.
Arrebol Café nació del sueño de tener una cafetería enfocada en el café de especialidad del municipio. A pesar de que Pueblorrico es un territorio cafetero, eran pocas las personas que conocían el sabor de su grano.
“Mi papá tuvo finca cafetera toda su vida y nunca supimos a qué sabía nuestro producto. Al terminar el colegio yo me fui para Medellín a estudiar. Sin embargo, yo sentía un vacío en la ciudad, pero cuando venía de paseo al pueblo, me sentía tranquila y contenta. Entonces me dije, qué chévere sería un café en el pueblo”, recuerda.
Desde hace un año, junto a su esposo, Alexander Palacios, logró esa meta. En un local ubicado en el parque principal comenzaron las primeras ventas. Poco a poco las personas se acercaron a degustar el café del municipio y el negocio ha ido creciendo. Ya no solo venden café, sino otros productos hechos por las mismas habitantes como mieles, artesanías, gomitas y otros.
“La alcaldía nos proporcionó una de las casetas del parque porque estaban un poco desaprovechadas, ya que este es el espacio a donde llega el turista y donde se reúnen las personas. La idea es más adelante decorarlas como una casita colonial para evocar más belleza aún”, dice Alexander.
Hoy Arrebol Café crea dos empleos directos y dos fluctuantes. Asimismo, apoya a los caficultores locales, no solo con la venta de su producto, sino con la oportunidad de conocer el proceso que va más allá de la siembra. Arrebol se ha convertido en un puente para que tengan su marca, y en especial, sepan el sabor especial de su grano.
Para que exista una diversidad, cada semana ofrecen una variedad diferente de cada finca con la que tienen una alianza. De manera que los habitantes puedan encontrar distintos sabores en el menú y conocer los productores. Además, hace dos meses lanzaron su propia línea de café. Hicieron un estudio y seleccionaron las fincas con un proceso riguroso para su producto. De esta manera, las personas pueden llevar el sabor pueblorriqueño hasta sus casas y otras ciudades.
La Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia ha sido esencial en el proceso. Con capacitaciones y asesorías los han orientado. Ambos también participan en Transfórmate y alístate para crecer, una oportunidad que les potenció sus capacidades. Su meta es poder adquirir la maquinaria para unificar sus procesos y así posicionar a Pueblorrico como un destino turístico.
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