Parece que se enteró de que en ese momento estaban tomando la fotografía. Aunque sus lentes de sol no dejan ver hacia dónde mira, los ojos se sienten fijos en el lente. Tiene puesto un baggy, una camisa escotada y unas baletas despuntadas. El pelo no le llega a la cara porque se lo echó hacia atrás con una pañoleta. Ahí, de pie, entre ella y el fotógrafo que la capturó, pasaba un silletero, cargaba una tradicional.
A su izquierda hay un hombre, podría ser su esposo. Tiene camisa de manga corta, pantalón con prenses y tenis. La foto es del 92, hace 26 años, cuando el evento más importante de la Feria de las Flores tuvo, según el libro de sus 60 años, tuvo sus principales transformaciones: surgieron los “silletódromos” (hoy conocidos como palcos), aumentó el reconocimiento económico para los silleteros y se hizo más largo el recorrido.
Unos años antes, a finales de los 80, se les había pedido a los campesinos “evitar el uso de ropa que no referenciara la identidad regional”, dicen las memorias del evento. Entonces, les sugirieron ponerse la ropa que caracterizaba al paisa: “Carriel, poncho, sombrero, alpargatas, peinilla atada a la cintura para los hombres, falda negra para las mujeres”.
Para esas personas de las que los antioqueños se sienten orgullosos existe un código de vestuario, pero para los que asisten a la feria, a eventos como ese, no, y si lo hubiera sería váyase cómodo. En eso coinciden diferentes personajes, relacionados con el mundo de la moda, a los que les preguntamos qué sugerencia tienen para el vestuario.
Pilar Schmitt, la presentadora, asegura que para ella el mejor traje es el de la alegría, aunque por supuesto recomienda aquello que permita aguantar sol sin morirse del calor y caminar sin terminar con los pies adoloridos.
Andrea Serna, la también presentadora y locutora de radio, nunca ha venido a la Feria de las Flores, así lo afirma, pero si lo hiciera, teniendo en cuenta el tipo de evento que es, y “el calorcito”, empacaría una maleta llena de ropa fresca y cómoda “porque tengo entendido que las jornadas son largas”.
Su consejo para la gente es que mezclen colores, que usen estampados, sobre todo florales, porque a través del vestuario pueden comunicar ese sentimiento de festividad. Suprenda infaltable sería un par de tenis y buscaría cómo poderlos combinar con todo.
La actriz Valentina Lizcano cree, y esto no es solo durante la feria, sino en la vida, lo que se debe buscar es la comodidad. “La feria es para caminarla y ‘parcharla’, y lo mejor es hacerlo con cosas con las que nos sintamos bien, con las que podamos gozarnos cada evento sin preocuparnos por las ampollas”, dice riéndose.
Sergio Barbosa, recordado por su paso por uno de los programas de estilo más populares del país, da algunas sugerencias: señala que la gente debe empacar para la feria un poncho. “Además de ser una prenda muy paisa, sirve para todo; se puede secar el sudor, sentarse en él o mejorar una pinta”.