Hace unas semanas, Mercedes Benz presentó su nueva creación. Nada que ver con las cuatro ruedas, aunque sí es un vehículo. Esta vez la flecha plateada se mueve pero sobre el océano.
Se trata del Arrow 460 Granturismo, un yate de lujo diseñado por la firma alemana, trasladando su experiencia en el campo de los autos a la movilidad de alto perfil en el agua.
La de Mercedes Benz no es, sin embargo, la única intervención de las firmas automotrices en el diseño de otros vehículos e incluso otros objetos que nada tienen que ver con el transporte.
Instrumentos musicales, muebles, ropa, accesorios para el hogar, hacen parte de esas incursiones de firmas como Peugeot, Porsche, Ferrari, Aston Martin, Bently, Lamborghini, entre otras. En muchos de ellos los materiales que se ven en los carros de alta gama hacen parte de su fabricación.
Una estrategia que busca llevar marcas emblemáticas, en especial en el segmento de lujo, a hacer parte de un estilo de vida que abarque el mayor número de esferas posibles de sus clientes actuales o potenciales, o para llevar el componente aspiracional a quien no accede a sus autos, pero puede tener algo de ellos.