La clave para ser contratado en una entrevista de trabajo
Jonathan Kierszenowicz, CEO de Fyhunters, asegura que uno de los mayores diferenciadores está en investigar previamente quién será el entrevistador. “Si quieres tener una conversación que impacte en el recruiter, tienes que conocer quién está del otro lado”, afirma.
Su recomendación es revisar el perfil del entrevistador en LinkedIn, analizar su experiencia, identificar intereses en común y, si es posible, traerlos de manera natural durante la conversación. Este ejercicio, además de romper el hielo, permite mostrar interés y generar empatía.
Alan Muñoz Rüth, experto en selección de talento, recuerda que los títulos o la trayectoria laboral no son suficientes si no se logra una buena impresión comunicacional y emocional. “Las habilidades blandas juegan un papel crucial. Puedes tener títulos impresionantes, pero si no conectas con el reclutador o manager, podrías perder la oportunidad”, explica.
Entre sus recomendaciones prácticas se destacan tres: anticipar posibles preguntas y ensayar respuestas en voz alta, aprender técnicas de comunicación efectiva y estudiar a fondo la empresa para conocer su misión, valores y proyectos. Prepararse de esta forma no solo transmite confianza, sino que también diferencia al candidato como alguien comprometido.
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Los errores en una entrevista que pueden costar la oportunidad de ser contratado
La preparación también implica evitar ciertos tropiezos que, aunque parezcan pequeños, pueden arruinar una entrevista. Yisella Medina Jaramillo, gerente de Recursos Humanos, dio a conocer los yerros más frecuentes:
1- No conectar emocionalmente con el entrevistador. No basta con lo que se dice, sino con cómo se dice.
2- Usar discursos genéricos, como “soy responsable” o “trabajo en equipo”, que no agregan valor.
3- Hablar solo del pasado sin relacionarlo con cómo se aportará a la nueva empresa.
4- Responder de forma excesivamente larga o, por el contrario, demasiado corta.
5- No investigar sobre la compañía ni hacer preguntas inteligentes, lo que denota desinterés.
6- Descuidar el lenguaje corporal, el tono de voz y la imagen personal.
7- No saber explicar por qué se salió del último empleo o culpar a terceros por ello.
8- Preparación que marca la diferencia.
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En síntesis, la entrevista no es un simple trámite. Es un espacio donde la preparación estratégica, la conexión humana y la autenticidad marcan la diferencia.
Por ende, investigar a la persona que entrevistará, entender la cultura de la empresa y demostrar un interés genuino pueden ser las claves que acerquen mucho más a ese “sí” tan esperado.