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Por JULIO CÉSAR ACOSTA
Invitado especial
Cuando la antioqueña Mónica Calderón cruzó la meta ayer, instalada en Termales El Otoño, en Villamaría, Caldas, por poco se desmaya.
Le costaba hilar varias palabras a la vez, no solo por la emoción que sentía al terminar en el primer lugar, sino por el desgaste que, junto a su compañera de carrera, la venezolana Liliana Uzcátegui, tuvieron en la etapa reina de la Leyeda del Dorada, la quinta, de 108 kilómetros y ascendiendo a una altura de 3.850 metros sobre el nivel del mar, por el costado sur de la cumbre mítica de la carrera: el volcán Nevado del Ruiz.
Siete horas, 50 minutos y 58 segundos se demoró esta pareja para terminar el desafío, del cual, pese al desgaste, salió fortalecida de cara a la etapa final de la considerada carrera de ciclomontañismo más difícil de Colombia, en la que hoy espera defender el primer lugar y conquistar el título.
“La etapa fue dura desde el comienzo por el ascenso constante. A medida que uno sube, la altura lo traiciona y eso se siente en las piernas. En este tipo de carreras hay que pensar en el compañero y eso la hace más difícil. Sufrí más en la meta que en la travesía, porque me faltaba aire, además de la fatiga muscular”, relató Calderón.
Luego arribaron las colombianas Yosiana Quintero y Leidy Mera, con 7 horas, 51 minutos y 18 segundos.
En la general, Calderón y Uzcátegui le llevan diferencia de 50.32 minutos a la portuguesa Ilda Pereira y la española Mayalen Noriega.