Está segura que su talento y el trabajo duro la llevarán en un futuro cercano a disputar el cinturón de las 125 libras (peso mosca). La antioqueña Sabina Mazo volvió a demostrar el sábado que está para grandes cosas en la UFC (Ultimate Fighting Championship), con una nueva victoria, esta vez frente a la estadounidense Justine Kish.
El combate inició parejo, aunque de a poco la peleadora colombiana fue minando la resistencia de su rival. Sin embargo, no encontraba el momento para darle el golpe definitivo. El triunfo llegó en el tercer round cuando Sabina conectó una espectacular patada en el rostro de su contrincante que la envió al piso, lo que le permitió ir a buscar la rendición con una llave al cuello, mataleón, como le dicen en el mundo de las artes marciales mixtas: un agarre, que mima la resistencia y puede dormir al rival.
Esta es la tercera victoria consecutiva de Mazo que, con cada combate, está abonando el camino hacia un título mundial, el que ya tuvo en una categoría inferior, la LFA (Legacy Fighting Alliance).
“Desde el comienzo de la pelea estaba tratando de patearla, de tomar distancia, de comenzar a debilitarla lentamente, pero es una oponente dura”, narró Sabina a este diario. Además comentó que solo hasta el último round encontró una fisura para buscar la victoria. “Al final del último asalto, me di cuenta de que ella ya estaba sintiendo las patadas, conecté una más en su rostro y decidí buscar el agarre en el suelo”.
Así mismo, indicó que el combate salió cómo se lo imaginaba: “Supe que íbamos a intercambiar muchos golpes y eso fue lo que pasó en los dos primeros asaltos. Fue una pelea intensa y, al final, pude obtener esa sumisión”.
La forma como ganó la tiene contenta, porque su fuerte siempre ha sido el boxeo y las patadas, pero durante meses trabajó para fortalecer su pelea en suelo y los agarres. “Es la primera vez que gano por esta vía y fue gracias al trabajo que realicé con mi equipo”.
Sabe que de acá en adelante todas las contrincantes serán más duras, pero está preparada para asumir el desafío, por ella y porque siente un gran orgullo de dejar en alto la bandera de Colombia.
“Cada oponente será diferente, reaccionará distinto y empleará un plan de pelea único, puedo perder o ganar, pero ya estoy preparada para pelear con cualquiera”.
A sus 23 años mantiene su pasión y le manda un mensaje muy claro a todas las peleadoras de su categoría. “Siempre estoy lista para pelear y dispuesta a obtener más experiencia, a ascender cada vez más. No estoy pensando en una rival en particular, pero trabajo arduo para enfrentar a cualquiera que quiera pelear”.
El primero de marzo de 2019, la ucraniana Maryna Moroz le dio la bienvenida a la UFC y le mostró que allí las cosas serían a otro precio. Tras esa derrota, Sabina se fortaleció y alcanzó su primera victoria el 17 de agosto sobre la estadounidense Shana Dobson, después superó a JJ Aldrich, y ahora a Justine Kish.
Su objetivo es meterse en el top-15 de la UFC, que es hasta donde se registra el ranquin de esa empresa. Sabina confía en sus condiciones y la experiencia que vaya acumulando para llegar a ser la 1 del mundo en su categoría .
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