El piloto colombiano Juan Pablo Montoya dio una cátedra de conducción este domingo en las 500 Millas de Indianápolis, al estilo de sus mejores épocas en la categoría.
Después de haber salido en el puesto 30, a sus 46 años y sin estar disputando todas las carreras de la IndyCar, adelantó 18 posiciones para culminar en el puesto 11, muy cerca del top-10 de la competición.
La edición 106 de las 500 Millas se disputó en el mítico trazado del Indianápolis Motor Speedaway
Montoya, doble campeón de la prueba (2000 y 2015), estuvo a bordo del Chevrolet Arrow McLaren SP portando el número 6, y salió en la búsqueda del trofeo Borg Warner, que se celebra con la tradicional botella de leche.
El colombiano llegó como parte del selecto grupo de ocho pilotos vigentes ganadores de las afamada competencia, la joya de la corona del automovilismo norteamericano, junto a Scott Dixon, Tony Kanaan, Simon Pagenaud, Will Power, Josef Newgarden y el actual campeón de IndyCar, Álex Palou.
Lasimosamente durante la clasificación del sábado que le hubiera permitido a Montoya salir más adelante en la grilla de partida, tenía el carro en configuración para salir a buscar la pole, pero le tocó salir a buscarla en último lugar y en ese momento la pista era muy distinta a lo que el tenía planeado en el auto.
Sin embargo, hizo una carrera sólida y consistente que le permitió ir recuperando lugares con su pericia y a través de la estrategia del equipo durante las paradas en los boxes.
Durante las 200 vueltas que duró la carrera, la paciencia fue una de sus virtudes y al final, aunque no ganó, tuvo el reconocimiento de la prensa especializada, que incluso lo calificaron como uno e los mejores pilotos del planeta y toda una leyenda.
El Ministerio del Deporte también destacó lo hecho por el colombiano: “Experiencia y profesionalismo. Esa fue la lección que dio hoy Juan Pablo Montoya en las 500 Millas de Indianápolis. El piloto finalizó en el puesto 11, tras una emocionante remontada desde el puesto 30. ¡Gran trabajo!”
Chip Ganassi volvió a ganar
Como hace 22 años, cuando Montoya logró sus primeras 500 Millas c on el equipo escarlata de Chip Ganassi Racing, esta vez le tocó el turno al sueco Marcus Ericsson, quien con la misma escudería pudo beber la leche del ganador al cruzar la línea de meta por delante del mexicano Patricio ‘Pato’ O’Ward (Arrow McLaren SP) y el brasileño Tony Kanaan, su compañero de equipo.
Ericsson, que estuvo en la Fórmula Uno entre 2014 y 2018 con Catherham y Sauber, ganó la Indy 500 en su cuarta participación en una carrera que se resolvió en las cuatro últimas de las 200 vueltas al Indianapolis Motor Speedway. Se convierte en el segundo sueco en ganar esta legendaria carrera tras la victoria de Kenny Brack en 1999.
El escandinavo sacó tajada de una penalización por exceso de velocidad en la zona de boxes del autor de la ‘pole’, el neozelandés Scott Dixon (Chip Ganassi Racing), que este domingo había dominado buena parte de la carrera junto a Pato O’Ward.
A falta de cuatro giros Ericsson se puso en cabeza, pero su triunfo se vio comprometido al neutralizarse la carrera por un accidente del debutante estadounidense Jimmie Johnson, también del equipo Chip Ganassi Racing.
Tras 196 vueltas la carrera se relanzó con sólo cuatro por delante. En la corta reanudación Ericsson, de 31 años, se mantuvo en cabeza para lograr la mayor de sus victorias como piloto profesional .