Ingrit Valencia acaba de recibir el nocaut más doloroso de su vida, y fuera del ring. Sin embargo, con la fuerza que la caracteriza, expresó, en charla con EL COLOMBIANO, que seguirá luchando y que el deporte será el camino para levantarse ante la adversidad.
La medallista de bronce en los Olímpicos de Río-2016, quien a punta de golpes de esfuerzos y a sus resultados deportivos logró comprar una casa en Ibagué, Tolima, fue desalojada el lunes de su vivienda al ser víctima de estafa.
El pasado mes, y luego de competir en los Juegos de Tokio, Valencia relató que adquirió el inmueble con el dinero ahorrado desde 2016: “Hice negocio con un señor que me dijo que era el secuestre de la casa y fui al banco y efectivamente aparecía así, por lo que le di 150 millones de pesos”. La deportista llevaba un año viviendo allí.
El 30 de agosto el Juzgado Segundo de Ibagué le dio a Ingrit un plazo de 8 días para que desalojara, lo cual finalmente sucedió pese la acción de tutela que instauró al considerar que le estaban vulnerando sus derechos.
“Me siento devastada luego de conseguir algo con tanto empeño. Acaban con los sueños de las personas”, indicó la pugilista, quien gracias a manos amigas se le abre una luz ante su dura realidad.