Al ver sus gestos o escuchar las expresiones de alivio, dolor o incertidumbre de los pilotos Francisco Álvarez o Javier Vélez, se puede afirmar que lo que se vive en el actual Rally Dakar por el desierto de Arabia Saudita es toda una odisea.
Este domingo, mientras el bogotano Álvarez evidenciaba tranquilidad y descanso por llegar a la meta de la séptima etapa tras 742 kilómetros con salida y llegada en la localidad de Al Duwadimi, Vélez, quien realizaba su mejor Dakar al mantenerse entre los 20 primeros (19°) luego de seis jornadas en la categoría T.3.1 de autos, que corresponde a prototipos ligeros cross-country, vivía la otra cara de la moneda.
Según confirmó la Federación Colombiana de Automovilismo, al coche de Vélez y su navegante argentino Gastón Matarucco, se le rompió la manguera que lleva el agua al turbo y su motor se fundió, lo que les impedirá cumplir con el objetivo de alcanzar la rampa final de competencia de la cuadragésima séptima edición del Dakar.
Vélez, un empresario antioqueño con estilo de Papá Noel por su melena blanca y amante a la velocidad y adrenalina, cumplirá este 30 de abril 70 años.
Junto a Matarucco venía mostrando nervios de acero al conducir, pero esta vez su vehículo no soportó la dureza del recorrido.
“Definitivamente ha sido un rally devastador, exigente, duro por donde lo queramos ver. Terrenos complicados en donde hemos sorteado muchas rocas, arena, cañones, de todo”, comentaba Vélez antes del inicio de la complicada fracción.
Luego, tras el daño mecánico, relató este domingo la difícil situación vivida. Señaló que a mitad de las dunas el auto cogió calentamiento, alta temperatura, por lo que bajaron a un vallecito para buscar el daño.
“Nos encontramos con la manguera del turbo rota; desarmamos, organizamos, la volvimos a empatar y conectar, y cuando fuimos a prender: chao carro. Le echamos agua, la botó, nos hizo una explosión, el motor estaba fundido”.
Los pilotos tuvieron que ser transportados en helicóptero y su coche lo iba a recoger la asistencia de la organización. “Vamos a ver si logran traerlo a tiempo y repararlo, para enganchar mañana –este lunes- y seguir en la categoría experiencie”.
El Dakar Experience consiste en que los deportistas que abandonen la prueba de manera prematura podrán reanudarla al día siguiente si lo desean, pero actuando en una clasificación paralela que no les dará acceso a la clasificación general final, pero con el fin de que adquieran más aprendizajes.
Francisco, firme
Juan Esteban “Chilo” Sarmiento, otro referente de Colombia en el deporte a motor, y quien ha tenido la oportunidad de competir en cinco Dakar, recordó en días recientes, en sus redes sociales, que “cada kilómetro” en esa salvaje carrera es “una victoria”.
Así lo siente Francisco Álvarez, de 24 años y quien hace un buen papel en su primera participación, en motos, en el Rally. Dicha modalidad la domina el australiano Daniel Sanders, quien este domingo, en Duwadimi, Arabia Saudita, logró su quinto triunfo en la presente edición. Álvarez cruzó esta vez 60°, a 1h:41.27; y en la general es 53°, a 16h:29.26.
Para muchos es un tiempo abismal, pero al ver lo brutal que es la prueba, puede simbolizar heroísmo, sobre todo porque otros referentes y de grandes equipos, producto de volcamientos, choques, daños y caídas han abandono, entre ellos, en motos, Ross Branch (Botswana), quien era uno de los favoritos al título, o en coches, el español Carlos Sainz, cuatro veces ganador del Dakar.
“Logramos llegar, no de día, pero lo hicimos”, comentó Álvarez en su reciente publicación en Instagram y mientras se tocaba la cabeza, como sin creer la jornada que había acabado de salvar. “Tengo que ir kilómetro a kilómetro, sin presionarme ni preocuparme excesivamente por el resultado. Mi objetivo es, en primer lugar terminarlo y en segundo, ubicarme entre los 30 o 40 primeros”, agregó el piloto en la página de la organización de la temible competencia.