Que Medellín no respeta procesos, que los directivos van de tumbo en tumbo, que los jugadores no han exhibido el mejor nivel, que la posibilidad de entrar a los ocho en Liga se complica. Todas estas críticas, que se han derivado de la salida del técnico Juan José Peláez, deben quedar atrás hoy cuando el rojo reciba al Junior en la ida de la final de la Copa Águila.
Desde las 7:00 p.m., el club escarlata necesitará del apoyo de sus hinchas, como lo pidio el técnico español Ismael Rescalvo, quien cree tener las capacidades para sacar a flote al conjunto paisa en estos momentos difíciles.
Los dos juegos de esta final significan los de la salvación para el Poderoso porque conseguir el cupo a la Copa Libertadores sería un gran premio en medio de la irregularidad mostrada hasta acá.
Además, un triunfo es la mejor forma de cerrar el homenaje que se le hará al ídolo Mauricio Molina, quien invitó a los hinchas a rodearlos esta noche.
“No podemos dramatizar en este momento, necesitamos el apoyo de todos los hinchas, es una final con dos partidos que disputaremos a muerte, y que estoy seguro tenemos con qué ganarla”.
A la petición de Mao se anexó la del entrenador español. Rescalvo indicó que hoy más que nunca el equipo necesita que su afición lo levante. “Desde hoy tenemos que estar todos unidos para sacar este objetivo inmediato adelante, después intentaremos meternos entre los ocho en Liga, pero frente a Junior les pido todo el respaldo”.
La primera tarea para el técnico interino será la elección de los jugadores porque, como él mismo lo expresó, aún no hay tiempo para implementar el estilo de juego que quiere.
“Hay que ser inteligentes, evolucionar y no revolucionar para este partido en el que el papel protagónico lo tendrán los futbolistas”.
Aunque no podrá estar dirigiendo desde el banco de suplentes, ni tampoco su hermano, por haber sido inscritos por el Envigado a principio de este semestre,vdos históricos del club y excampeones escarlatas serán los encargados de dar las órnes desde la línea: Ricardo Calle y David Montoya.