Con la contratación de Vladimir Hernández y el arribo de Adrián Arregui, a quien esperan entre este miércoles y jueves, el DIM cierra el proceso de contrataciones de cara al segundo semestre, confirmó el presidente Daniel Ossa.
“Todo se hizo despacio, pero bien hecho”, agrega Óscar Pérez, el asistente o entrenador adjunto, como los denomina Hernán Darío Gómez a él y a Pánzer Carvajal, al advertir que a mitad de año las negociaciones son complicadas porque los jugadores casi siempre tienen compromisos hasta finales de cada temporada con sus clubes.
De ahí la satisfacción que se percibe en el cuerpo técnico del conjunto escarlata, que sumó hombres de experiencia para resolver los problemas del medio campo hacia adelante, la mayor dificultad del torneo pasado.
“Hicimos una pretemporada buena de concentración, con trabajos a mañana y tarde de condición técnico-táctica y énfasis en la parte física, y los muchachos han tenido una excelente respuesta”, señala Bolillo Gómez.
El estratega dice que, a diferencia del comienzo de año, ahora hay más claridad sobre todos los futbolistas del plantel: “No tenemos ninguna estrella, los que llegaron no son los más caros como la gente quisiera, pero estamos tranquilos. Trataremos de que por encima de los jugadores, el Medellín sea un buen equipo”.
Esta semana y la que viene serán claves para estructurar la nómina titular en la que, para fortuna de Bolillo, hay de dónde echar mano, a pesar de las dificultades que se han presentado por la lesión de clavícula que sufrió Sebastián Hernández, la convocatoria de Miguel Camargo a la Selección de Panamá, el contagio de covid de Diber Cambindo, la imposibilidad de Arregui para viajar antes desde su país por cierre de fronteras y el finiquito del negocio de Vladimir.