El futbolista vallecaucano, de 24 años, fue una pieza clave en el funcionamiento de Nacional durante la final de ida de Liga.
No hizo el gol, pero todos sus compañeros lo felicitaron primero a él. Después llegó el agradecimiento para Dairon Asprilla, autor del tanto ante Tolima. El técnico Efraín Juárez lo abrazó y miró con algo de complicidad.
Entrenador y jugador sabían que se estaban saliendo con la suya. Muchos se sorprendieron cuando supieron que Kevin Viveros sería el centrodelantero titular de Nacional en la final de ida. Alfredo Morelos, habitual inicialista, se quedó en el banco.
El cordobés, de 28 años, es uno de los goleadores del cuadro verde en la Liga Betplay. Hasta el momento suma seis tantos. Los mismos ha celebrado Andrés Felipe Román. Viveros, por su parte, suma tres celebraciones en el clausura.
¿Y entonces, por qué Juárez los prefirió para arrancar el partido en Ibagué? Hay dos razones. Por un lado, Morelos venía con cansancio acumulado en las piernas por la seguidilla de partidos que ha disputado Nacional en la última semana (finales de la Copa).
De otra parte, Kevin es un futbolista corpulento que, además de tener una gran habilidad para anotar goles, posee potencia física: es veloz, fuerte. Cuando encuentra un espacio, se lanza hacia adelante y arrasa con todo lo que le impide llegar al arco. Él mismo se autodenomina “El Tren”. Tolima, por su parte, juega con una dupla de centrales corpulentos, demoledores. El barranquillero Marlon Torres, exNacional y el nariñense Ánderson Angulo son altos, fuertes, veloces. Eso lleva a que les guste ir al choque con los delanteros rivales.
Viveros también es bueno en eso. Por eso Efraín Juárez se decidió por ponerlo entre los inicialistas en Ibagué. Además, le dio resultado. El gol de Nacional empezó gracias a la gallardía del delantero nacido en Buenaventura, Valle.
Después de un balón dividido en la mitad de la cancha, el delantero metió el lomo para desestabilizar a un rival. Luego luchó, hombro a hombro, con Marlon Torres pocos metros más allá de la mitad de la cancha.
Lo desplazó. Ganó la posesión. Encaró con gran velocidad hacia el área del cuadro tolimenes. Remató fuerte de derecha. Sin embargo, el arquero William Cuesta atajó el disparo. Dairon Asprilla, quien acompañó todo el tiempo la jugada y siempre corrió hacia el segundo palo, por si había un rebote, empalmó el balón.
Marcó el gol. Pero todos los vítores se los llevó Viveros, quien unos minutos antes había logrado incomodar a los defensores del cuadro rival. No solo en el cuerpo a cuerpo dentro del área. También porque salió varias veces a buscar el balón en la mitad de la cancha y por las bandas.
Un atacante sacrificado
El partido de ida de la final de la Liga Betplay cambió para Nacional después del minuto 65. La expulsión de Sebastián Guzmán generó un bajón en el rendimiento. Tolima, con el aliento de su público, lo aprovechó. Cuando el Rey de Copas se quedó con 10 jugadores, el elenco local se lanzó de manera desbocada al ataque.
Eso llevó a que el Rey de Copas se replegara. Viveros, que jugó 97 minutos, se metió en la parte de atrás. Casi todo el tiempo se paró en la entrada del área. Desde ahí defendió. También lideró los contraataques verdolagas.
Al minuto 69, por ejemplo, arrancó a toda velocidad desde su campo. Andrés Román lo acompañó. Viveros le pasó el balón. El lateral bogotano remató con potencia. La pelota se fue afuera. En total, Viveros generó dos ocasiones de gol, remató una vez al arco, hizo 5 regates efectivos y recuperó tres balones. Fue, junto a David Ospina, el jugador más influyente en el primer juego de la definición del clausura. En Medellín, seguro será suplente, pero cuando entre puede marcar diferencia.
