La Selección Colombia atraviesa un momento complicado: cinco partidos sin ganar y muchas dudas sobre su funcionamiento futbolístico. Sin embargo, si hay alguien que tiene motivos de sobra para ilusionarse con el próximo duelo ante Argentina, ese es James Rodríguez. Para el ‘10’ de la Tricolor, la Albiceleste no solo representa un rival de prestigio, sino también un recuerdo reciente muy especial que marcó un antes y un después en su ya brillante carrera.
Fue en Barranquilla, durante la última victoria de Colombia sobre Argentina en las Eliminatorias, cuando James escribió una página dorada en la historia del fútbol colombiano. Aquella noche no solo anotó un gol clave en el 2-1 final, sino que rompió dos marcas que lo elevaron aún más en el panteón de ídolos del país.
Superó a dos leyendas: el pase de gol que rompió el récord del “Pibe”
En ese mismo partido, James dio una asistencia que lo llevó a superar nada menos que a Carlos ‘El Pibe’ Valderrama como el máximo asistidor en la historia de la Selección Colombia. Un hito que, más allá del dato estadístico, refleja la dimensión de un jugador que ha sido cerebro, corazón y bandera de la Tricolor por más de una década. Superar al ‘Pibe’ no es cosa menor: significa haber dejado una huella imborrable en la manera en la que se juega al fútbol en Colombia.
Un gol que valió un récord y una revancha personal
El tanto que marcó en ese mismo partido también tuvo un significado profundo. No solo fue su primera anotación ante la Selección Argentina tras diez enfrentamientos, sino que le permitió igualar un registro que hasta entonces pertenecía exclusivamente a Arnoldo Iguarán: marcarle a todas las selecciones sudamericanas.
Durante años, James había enfrentado sin suerte a Argentina. Pasaron partidos, torneos y eliminatorias sin poder vulnerar el arco albiceleste. Pero en Barranquilla, cuando muchos lo daban por acabado, el ‘10’ apareció para romper la sequía con una definición certera y silenciosa, como si se hubiera guardado esa emoción durante una década.
Vuelve a Argentina: un país que lo vio brillar
Ahora, el destino lo pone otra vez frente a la camiseta celeste y blanca. Pero no en cualquier lugar: en Argentina, un país que lo vio nacer futbolísticamente. Porque fue allí, con la camiseta de Banfield, donde James Rodríguez comenzó a demostrar su talento antes de que Europa lo descubriera. Fue en esas canchas donde su zurda empezó a iluminar partidos y su nombre comenzó a sonar fuerte, primero en el sur del continente y luego en todo el mundo.
Este martes, cuando pise el estadio Monumental, James no solo se encontrará con un rival que ya supo vencer, sino también con recuerdos de juventud, de lucha, de sueños cumplidos. En medio de la incertidumbre que rodea a la Selección, el 10 vuelve al escenario donde alguna vez empezó todo, con la esperanza de ser otra vez ese faro que ilumina el camino de una Colombia necesitada de respuestas.
El regreso del líder
Las Eliminatorias no perdonan, y la presión es inmensa. Pero si hay un jugador que ha demostrado saber cargar con ella, ese es James. Por eso, mientras todos miran a Messi, en Colombia los ojos estarán puestos en Rodríguez. Porque ya sabe lo que es vencer a Argentina. Porque ya rompió sus propias barreras. Y porque, quizás, este martes vuelva a escribir otro capítulo inolvidable en su eterna historia con la Tricolor.