Es muy italiano. Por lo general viste de traje, corbata y zapatos elegantes. Cuando no, lleva una camisa cómoda, fresca, con tenis y un pantalón que combine. Nació en Bologna, la tierra de la lasagna, pero prefiera la pizza napolitana.
A Federico Spada le gusta una que venden en El Poblado, en Medellín. También ama la bandeja paisa. Llegó a Colombia en 2013, haciendo caso omiso de los regaños de su madre, quien pensaba que este era un país peligroso, y para ser scout de una agencia de futbolistas de Milán, Italia. Ahora, después de ser dirigente en el fútbol formativo por casi una década, es el director deportivo del DIM. Conversamos con él.
Recientemente hubo una “renovatón” en el equipo, ¿se hizo pensando en futuras ventas?
“Las renovaciones de contratos son para darle continuidad al plantel. Es verdad que cuando se renuevan jugadores como Escorcia, Arizala, Montaño, uno está cerca de una venta. Sin embargo, con futbolistas de 27, 28, 29 y 30 años como Londoño, que es el jugador que más tiempo lleva en el plantel; Léyser Chaverra o Diego Moreno hay menos opciones de venderlos. Lo que queremos es tener a los mejores de cada posición para ganar la séptima estrella y competir en torneos internacionales”.
También se renovó a Brayan León, ¿qué opciones tiene?
“Él es un chico de 24 años. Tiene seis años menos que Londoño, por ejemplo, y juega en una posición de mucho status. Cada uno tiene alternativas diferentes. Arizala, por decir algo, tiene mercado en Europa. Brayan lo puede tener más en la MLS y Diego Moreno en México. Sin embargo, hoy la prioridad es darle seguridad a la nómina. Si te pones a ver, en el partido contra Millonarios, del once titular el único nuevo era Washington Aguerre”.
¿Cuál ha sido el fichaje más complicado para cerrar?
“Del último mercado de pases fueron los de Mantilla y Aguerre. Ellos tenían muchas ofertas. A Aguerre lo querían clubes de Argentina, Brasil. Kevin, de Escocia y Portugal para jugar la Europa League. Nos escogieron y eso nos muestra que el proyecto deportivo que tenemos ha dado resultados”.
¿Cómo funcionan las operaciones para un fichaje?
“Es fundamental tener buenas relaciones con equipos, agentes, jugadores. En el caso de Mantilla, el empresario es uno de los dueños de Fortaleza y mi antigua relación con el equipo nos facilitó la operación. Entre tanto, si vamos a jugar a Argentina, por ejemplo, nos buscan empresarios de varios equipos. Hay buenas referencias de nosotros”.
Muchas veces se dijo que no sabía armar equipos, ¿qué decir ante esas críticas?
“Nosotros hemos hecho esfuerzos grandes para traer buenos jugadores. En enero intentamos tener a Juanfer. Antes también. El 2024 fue un año de transición, cuando jugadores que llevaban más tiempo salieron. Eso se refleja en que el futbolista que más tiempo lleva en el club sea Daniel Londoño, con dos temporadas. El año pasado bajamos el promedio de edad. Ahora tenemos el equipo y cuerpo técnico que siempre quisimos. Creemos que en el corto plazo se puedan dar los resultados”.
Hubo un momento de muchos cambios en el club y salieron referentes, y dijeron que fue por orden suya, ¿fue así?
“No. Acá tenemos un comité y todas las decisiones se toman ahí. No hay nadie por encima de los demás. Desde el fichaje de un jugador para el equipo profesional, hasta la llegada de un nuevo técnico para el equipo sub-15, sub 20 o la salida de jugadores y personas. Acá hay un comité liderado por don Raúl. Nosotros lo asesoramos. Creemos que tenemos los mejores perfiles, no solo en el cuerpo técnico profesional, sino en la cantera: Sebastián Botero, Felipe Santos, Francisco Nájera, son lujos que no se da otro equipo en el país”.
¿Cuál es el proyecto deportivo al que le apunta el DIM?
“A nivel profesional el objetivo es volver a ser campeón después de casi 9 años. También hay objetivos secundarios que son la continuidad de la nómina, la proyección de jugadores juveniles, armar todas las categorías para que compitan a nivel nacional. Siempre queremos ganar”.
¿Al de qué equipo extranjero se puede parecer el proyecto?
“Creo que cada club es diferente porque estamos en países distintos. Sin embargo, Palmeiras ha tenido renovaciones importantes en los últimos años. En Ecuador, Independiente del Valle tiene muy buen trabajo en las divisiones menores. Son dos procesos interesantes, pero diferentes. Uno está hecho para ganar. El otro para fichar juveniles. Nosotros queremos ser campeones y fortalecer la cantera”.
¿De cuál de los dos objetivos está más cerca el equipo?
“Nos hemos dedicado en los últimos años a potenciar futbolistas gracias a un buen scouting. Trajimos hombres como Jaime Alvarado, Léyser Chaverra, Brayan León, Edwin Cetré, Léider Berrío por los que nadie apostaba en su momento y llegaron en medio de críticas. Nosotros los visualizamos, creímos en ellos para poderlos potenciar de nuevo”.
Entre las “apuestas arriesgadas” estuvo “El Chino” Sandoval, ¿por qué lo trajeron?
“Yo creo que todos merecemos una segunda oportunidad, porque no conocemos el entorno, la familia, lo que pasó cuando el jugador era más joven. En los clubes pasados no se hicieron las cosas bien con Luis. Yo lo conozco desde que tenía 16 años. Hace parte de una familia humilde, su mamá lo crió sola y él es un gran ser humano. Primero está la persona, después el jugador. En Junior fue titular por encima de Carlos Bacca. Ahora estamos contentos con su nivel. Esperamos que tenga un salto internacional”.
¿Cómo es el rol de director deportivo del equipo profesional y las divisiones menores?
“Ese es un cargo que en el Medellín siempre quisieron tener. En la entrevista que me hizo, don Raúl me expresó que en Colombia ningún equipo lo tenía. Antes eran personas operativas y no deportivas. Hubo confianza del dueño, del presidente. Yo asisto a entrenamientos y converso con los jugadores, cuerpo técnico, para ver qué puedo aportar y qué se puede hacer mejor tanto en el primer equipo como en las divisiones menores”.
¿Quiénes son sus conexiones en esas plantillas?
“En el equipo profesional es Pacho Nájera, una persona estructurada, que estuvo como asistente de Alfredo Arias. Me ayuda con scouting y relaci onamiento técnico. En las menores el rol lo cumple Simón Marulanda, un chico que estaba en el club, que ha crecido y se ha preparado”.
¿Cómo se define el prospecto de jugador que traen en las divisiones menores?
“El proceso es diferente a lo que se hace en el equipo profesional. Ahí trabajamos con un mapa posicional, donde tenemos prioridades y presentamos perfiles. En la cantera traemos el jugador que vemos con mayor proyección. Tenemos una base de Medellín y luego reforzamos las categorías. Tenemos alianzas con escuelas como Sócrates Valencia, Distrito de Cali, Sarmiento Lora, Área Chica de Córdoba. Ellos nos dan prioridad al momento de fichar. En torneos como el evento de las Américas o los torneos nacionales, buscamos a los mejores”.
¿Le habla al oído a Alejandro Restrepo?
“Desde que estaba David González hemos tenido una conversación sincera, buena, con los técnicos. Ellos confiaron mucho en las personas que están a cargo de los menores”.
¿Cuáles jugadores que tuvieron a cargo en las menores ya son profesionales?
“Del equipo sub-20 de 2023, dirigido por Sebastián Botero, Pacho Nájera, Simón García y Nicolás Ramírez, los once titulares son profesionales: Bryan Benítez, está en Orsomarso, Cristian Graciano en Deportivo Cali, Julián Rodríguez en Huila, Malcom Palacios en Columbus, Hanser Angulo en Orsomarso, Deyner Moya en Huila, Samir Mayo en Equidad, Juan David Arizala y Santiago Santa Cruz, con nosotros. Jhon Montaño está en Bélgica y Andrés Dávila en Cincinnati”.
¿Qué tan importante fue la venta de Montaño para el club?
“Para nosotros todas las ventas son importantes porque ayudan para mejorar la sede, tener refuerzos de calidad, entre otras cosas. En ese sentido, las ventas de Montaño y Fory fueron fundamentales. Con ellos acumulamos cuatro ventas grandes en menos de un año: también se fueron Cetré y Monsalve. Eso subsidia áreas donde queremos seguir invirtiendo como infraestructura, casa hogar, donde este año hay más jugadores que el pasado. Aquí no queremos ganar dinero, sino invertirlo en el club”.
¿Ve los partidos de rivales como Nacional y América?
“Sí. Creo que Nacional y América son los rivales más fuertes que tenemos este semestre. Son quipos armados para ganar. Tienen torneos internacionales. A uno le gusta el buen fútbol y ver cómo se le puede hacer daño a los rivales. Ahora, en la sala de los video analistas ya tienen montadas las alineaciones de los próximos cinco rivales para analizarlos”.
¿Qué se necesita para ser un club de nivel internacional?
“Para ser un club fuerte se necesita sede. Después, la cancha, el centro de alto rendimiento, las oficinas, la cash Hogar y un restaurantes. Todo lo tenemos. Hace poco vino Juan David Mosquera y nos dijo que en Estados Unidos hay equipos que no tienen sedes así, de modo que nos da orgullo contar con esta”.
¿En el fútbol formativo colombiano se hacen bien las cosas?
“Creo que se ha mejorado mucho. Desde que llegué a Colombia he visto un crecimiento en la parte de dirección técnica y deportiva. También una inversión en infraestructura muy grande. Las canteras funcionan bien. Podrían hacerlo mejor. Nosotros siempre buscamos mejorar. Desde mi llegada ha crecido mucho en todos los niveles. Hay gente joven a la que le gusta estudiar, conocen las plataformas y hacen las cosas bien”.
¿Qué tan lejos estamos del nivel formativo en Europa?
“Es diferente. Acá invertimos en tres categorías. Allá lo hacen en ocho. Los clubes tienen presupuestos altos e infraestructura. También, torneos donde solo se enfrentan equipos profesionales. Además hay hasta quinta división profesional y eso les da ventajas”.
¿Qué es lo mejor de su trabajo?
“Lo mejor de mi trabajo es ver fútbol, compartir con amigos. Aunque es muy demandante: en un día puedes tener 10 horas de fútbol. Además viajar a ver los nuevos jugadores. Eso es algo muy bueno”.
¿Y lo más complicado?
“Lo más difícil del trabajo es apostar por el jugador joven. El Medellín es un equipo grande. Lo más duro es proyectar al jugador de equipo chico a uno grande. Uno no sabe cuál será el que se infla o se asusta acá. Es un trabajo de apuestas. Algunas veces en el fichaje hay miedo. Saber cuál puede rendir y cuál no. Eso no es fácil. Uno piensa mucho en si esos jugadores soportarán la presión de 35.000 personas”.
¿Qué sueña Federico Spada?
“Vamos paso a paso. Primero la séptima. Después luchar por la Libertadores. Ser una de las mejores canteras de Suramérica y, cuando me vaya del DIM, me veo regresando a Italia. Mi sueño es ser el director del Inter, el equipo de mi familia, de mi papá”.