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¿De qué murió Miguel Ángel Russo? El hombre que dirigió incluso en medio del dolor

La partida de Russo no fue un golpe súbito, sino el desenlace de años de resistencia silenciosa, en la que el fútbol lo animó a seguir luchando.

  • Miguel Ángel Russo falleció tras ocho años de lucha contra el cáncer. Foto: GETTY
    Miguel Ángel Russo falleció tras ocho años de lucha contra el cáncer. Foto: GETTY
09 de octubre de 2025
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A veces la vida pide pausa, incluso para aquellos que parecen sostener el mundo con su voz en el banco. Miguel Ángel Russo caminó estos últimos años entre expectativas, tratamientos, recaídas y ese deseo de seguir dirigiendo a pesar del dolor.

No fue una caída repentina, sino desgaste gradual. Su diagnóstico cambió el guion de su vida y el cáncer entró en escena como ese rival que tal vez no podría vencer, pero sí convivir con él.

Desde ese momento —y aun antes de que muchos lo supieran— Russo comenzó a vivir distinto, con cautela, silencios más largos, intervenciones médicas y altibajos. El fútbol seguía siendo su refugio y esa llama de ilusión que lo mantenía con vida en medio del dolor. Le contamos la cronología de la batalla de Russo contra el cáncer que duró casi 8 años.

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La historia clínica de Russo se remonta a 2017, cuando dirigía a Millonarios en la Liga Colombiana. Ese año le diagnosticaron un cáncer de próstata, y al operarlo se descubrió que tenía también un tumor en la vejiga.

Aun bajo tratamiento, decidió seguir al frente del equipo, alternando sesiones de quimioterapia con compromisos profesionales. En una entrevista, dijo que horas antes de los partidos de la gran final, el 31 de julio de 2017, había tenido que someterse a quimioterapia. Pero hasta entonces era una batalla que llevaba solo, solo su círculo más cercano lo sabía.

A los pocos meses fue operado. En 2018 comenzó un tratamiento riguroso con quimioterapia y sesiones periódicas de control. Los hinchas lo vieron reaparecer con el rostro más delgado, pero con la misma mirada de siempre, la del hombre que sabía que dirigir también podía ser una forma de sanar. “Mi enfermedad requiere siempre atención, no la podés descuidar”, dijo entonces, casi como una confesión.

Su historia se volvió símbolo en Millonarios, el club donde vivió algunos de los años más duros del tratamiento. Entre vuelos a Buenos Aires y controles médicos, llevó al equipo a la conquista del título del torneo de finalización y la Superliga en 2018.

En 2020 regresó a Boca Juniors, el lugar donde alguna vez había ganado la Copa Libertadores. Y allí, en la Bombonera, volvió a vivir con la pasión como antídoto. Las cámaras lo seguían a todos lados. El paso lento, la voz firme, el gesto sereno. Sabía que el cáncer no se va del todo, que solo se apaga por ratos. Pero también sabía que podía ganarle tiempo.

El 2024 lo encontró con la enfermedad controlada, aunque el cuerpo pedía pausa. Incluso admitía: “Esta enfermedad no se cura, se mantiene. Hay que atenderla siempre”. Fue una frase honesta, sin dramatismo, con la naturalidad de quien aprendió a convivir con el dolor sin dejar de mirar al frente. Ese año ya había tenido algunos internamientos por infecciones y cuadros de debilidad, pero aún asistía a entrenamientos, seguía partidos desde casa, daba indicaciones por teléfono.

En septiembre de 2025, Russo pidió licencia médica. Tres hospitalizaciones en menos de un mes revelaban que algo ya no iba bien. Las complicaciones por una infección urinaria, consecuencia habitual en pacientes con cáncer de próstata avanzado, lo llevaron al Instituto Fleni, donde pasó sus últimos días. Su cuerpo ya no pudo más.

En las semanas previas a su muerte ya no estuvo presente en los compromisos del equipo. Su última dirección en cancha fue el empate 2-2 el 21 de septiembre ante Central Córdoba.

Murió rodeado de su familia, a los 69 años, dejando detrás una vida que nunca dejó de ser fútbol. Porque hasta en la enfermedad, Russo fue técnico también. Organizó su tratamiento como un vestuario, planificó su rutina como un partido largo y difícil.

Hoy su historia se recuerda no solo por los títulos, sino por la forma en que afrontó la adversidad. Ocho años de lucha, de quimioterapias, de recaídas, de viajes al banco de suplentes cuando el cuerpo apenas podía sostenerse. Miguel Ángel Russo murió de cáncer, sí, pero su legado sigue latiendo entre las luces de cada estadio que lo vio resistir.

Ni en el momento de su deceso Russo pudo separarse del fútbol. Su fallecimiento fue comunicado mientras la reserva de Boca jugaba ante Belgrano y perdía 2-1, partido que fue inmediatamente suspendido.

Como es de esperarse, no hay tiempo para jugar a la pelota. Ahora es tiempo de rendirle homenaje al que, ni en sus peores momentos se detuvo, y le regaló al fútbol miles de alegrías mientras él sobrellevaba su dolor.

Boca también canceló su próximo juego frente a Central por la fecha 12 del Torneo Clausura, que estaba inicialmente programado para el sábado 11 de octubre. El duelo será reprogramado una vez finalicé la ceremonia de despedida y el homenaje oficial del club a Russo.

Bloque de preguntas y respuestas

¿De qué murió Miguel Ángel Russo?
De un cáncer de próstata que comprometió también su vejiga y causó complicaciones en su salud.
¿Cuántos años tenía Miguel Ángel Russo al morir?
Tenía 69 años al momento de su fallecimiento, el 8 de octubre de 2025.
¿Qué equipos dirigió Miguel Ángel Russo?
Dirigió a Boca Juniors, Rosario Central, Vélez Sarsfield y Millonarios, entre otros clubes destacados.
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