El Barcelona ha vuelto a ilusionar a su hinchada en la Champions League. Bajo la batuta del alemán Hansi Flick, los ‘culés’ firmaron una jornada mágica al golear 4-0 al Borussia Dortmund en el partido de ida de los cuartos de final del torneo europeo, una victoria contundente que revive la esperanza de volver a conquistar la gloria continental.
Con un planteamiento ofensivo, dinámico y agresivo desde el primer minuto, el equipo catalán hizo valer su localía con una presentación de alto vuelo. Raphinha abrió el camino con un gol que desató la fiesta en el estadio, y luego Robert Lewandowski, con toda su experiencia y olfato goleador, firmó un doblete para poner al Barça en control total del partido. El broche de oro lo puso Lamine Yamal, la joya de La Masía, que volvió a dejar huella en el escenario más importante del fútbol de clubes con un gol que selló el 4-0 definitivo.
Este resultado posiciona al Barça con un pie en las semifinales, una instancia que no pisa desde 2019. Sin embargo, la memoria colectiva no olvida que aquel año también parecía tenerlo todo a favor, cuando derrotó al Liverpool 3-0 en el Camp Nou y luego fue víctima de una de las remontadas más recordadas en la historia de la Champions: un 4-0 en Anfield que sepultó las ilusiones azulgranas.
Por eso, aunque el resultado es abrumador y la confianza está por las nubes, en la interna del club reina la mesura. El Signal Iduna Park, casa del Borussia Dortmund, es uno de los estadios más intimidantes de Europa. El ‘muro amarillo’, como se conoce a su imponente tribuna sur, ejercerá una presión infernal sobre los dirigidos por Flick, que saben que los alemanes no han dicho su última palabra.
Además, el equipo de Westfalia cuenta con una plantilla combativa, talento joven y una afición que cree en las gestas imposibles. La historia de esta competición está plagada de noches épicas, y Dortmund buscará inscribir su nombre en esa lista.
Flick, sin embargo, parece tener a su equipo enfocado. La solidez defensiva, el control del mediocampo y la explosividad ofensiva que mostró el Barça son señales alentadoras de un proyecto que quiere volver a poner al club entre los gigantes del continente. Lewandowski se reencontró con su mejor versión, Yamal continúa confirmando que es un talento generacional, y el colectivo parece responder a las ideas del técnico alemán.
El partido de vuelta en Alemania será un verdadero examen de madurez para este renovado Barcelona. Por ahora, la serie les pertenece, pero la Champions ya ha enseñado que nada está escrito hasta que el árbitro pita el final del segundo partido. Los ‘culés’ sueñan, pero también recuerdan: Europa nunca perdona la confianza excesiva.