En el fútbol contemporáneo no hay mucho tiempo para el lamento. Todo pasa tan rápido que el futbolista que un día los hinchas señalaron con un dedo inquisidor y lo criticaron con vehemencia, al poco tiempo termina siendo aplaudido.
Más cuando, por lo general, es figura de su equipo. Los futboleros tienen memoria. También poseen el don del perdón. Eso sí, nunca olvidan, ni lo malo, ni lo bueno. Edwin Cardona es testigo de eso. Una semana después de que, por la expulsión en el partido de octavos de final de la Copa Libertadores contra Sao Paulo, muchos pidieran su salida del cuadro verde, el volante paisa salió aplaudido del Atanasio.
Corría el minuto 65 del partido de ida de los octavos de final de la Copa Betplay, contra Deportes Quindío. Javier Gandolfi, técnico de Nacional, lo sacó para darle tiempo a Juan Manuel Rengifo, que dicen los conocedores de la cantera verdolaga es uno de los “diez” con más proyección del fútbol colombiano.
Cuando Cardona, quien fue capitán del cuadro antioqueño, le entregó a Jorman Campuzano la cinta de líder, un aplauso tímido empezó a sonar en las graderías del escenario antioqueño y, en la medida en que se acercaba a la línea contigua a la tribuna occidental, aumentó la fuerza.
Reconocieron su buen trabajo contra los cuyabros. También que ha sido –lejos–, el futbolista más destacado de Nacional en lo que va del 2025. El aplauso del público fue de reconciliación. El futbolista, que sacó un comunicado pidieron perdón por los errores –votar penaltis y hacerse expulsar–, lo supo. Por eso hizo señas de agradecimiento a los hinchas. También mostró cara de quien recupera una calma perdida.
¿Quién es Juan Manuel Rengifo, el debutante que celebró con Nacional?
Con una mezcla entre esa tranquilidad y mucha alegría, Cardona se levantó para aplaudir, junto a sus compañeros del banco de suplentes, así como el cuerpo técnico en pleno, a Juan Manuel Rengifo cuando, al minuto 84 del partido, anotó el 3-0. El joven volante paisa, nacido en 2006, solo necesitó 20 minutos en cancha para marcar su primer gol como futbolista profesional. Cumplió “el sueño del pibe”: el día en que debutó, celebró en el estadio donde desde niño vio jugar al equipo en que se formó.
Por eso lloró unas lágrimas gruesas, de alegría, después de mandar el balón, con un cabezazo tímido, adentro del arco de los quindianos. Cuando vio que la pelota superó la línea de la portería defendida por Mauricio Jiménez, corrió hacia el sector occidental y se arrodilló, en medio de sollozos.
Sus compañeros de cancha lo aplaudieron. Entre ellos estaba Elkin Rivero, otro juvenil que celebró en el duelo frente a los cuyabros. Marcó, con una media chalaca, el 4-0 definitivo del encuentro. Antes, cuando solo iban nueve minutos de juego, Alfredo Morelos abrió el marcador.
Entre tanto, en el tiempo de reposición de la primera parte, Andrés Felipe Román, quien busca recuperar su mejor nivel, marcó el 2-0. Los verdes, al final del encuentro, fueron aplaudidos por su gente, que pedí triunfos abultados en los torneos locales. El duelo de vuelta de los octavos de final de la Copa será el próximo 3 de septiembre (7:45 p.m.), en el estadio Centenario.