El fútbol colombiano, aparte del escaso espectáculo que en materia técnica ofrece, sufre otro mal: el tiempo real de cada partido es bajo, producto de las interrupciones por faltas, saques y revisión del VAR.
La simulación de faltas de los jugadores, con la complacencia de los árbitros, es frecuente y esto aleja a los aficionados de los estadios y de la televisión.
La Dimayor reveló en días recientes una estadística sobre el tiempo efectivo de juego en 22 fechas del actual torneo (hasta la segunda jornada de los cuadrangulares) con un resultado de 51:51 minutos como promedio.
Llama a la reflexión el dato que arrojó la fecha 14, en la que en promedio de los 10 encuentros solo se jugaron 48:38. La cifra más generosa se presentó en la 17, con 54:34.
En comparación con las ligas de Europa, Colombia está por encima de la española, pero lejos de la francesa que llega a 56:07 minutos, de acuerdo con un estudio publicado en septiembre por elespañol.com (gráfico).
Diego Giancarlo Umaña, asistente de Águilas Doradas, dice que nuestra idiosincrasia está ligada a “siempre intentar sacar ventaja, y el fútbol es un reflejo de eso: picante, engañoso, marrullero”.
Añade que esto hace que cuando se pitan faltas y agresiones se corta mucho el juego, pero que también es una falla del arbitraje, “porque en ocasiones los jueces sancionan todo y le quitan dinámica a los encuentros”.
Asegura que en Europa dejan jugar más y por eso hay más minutos efectivos. “El futbolista ve que no le sancionan dos o tres jugadas, entonces a la cuarta no se tira porque sabe que tiene que seguir”.
El instructor y exárbitro de la Dimayor, Óscar Alexis Gutiérrez, apunta que desde que la International Board está planteando modificación a las reglas (año 2016), incluyendo el VAR, ha sido una preocupación que los lapsos de tiempo son más largos de lo normal en las detenciones del juego.
Según él, los árbitros tienen la solución en las manos para evitarlo si aplican las reglas como son, sumarle a cada periodo el tiempo perdido por lesiones y revisiones. Algunos lo hacen y ahora es normal ver adiciones de 6 y 7 minutos.
Mostrar la tarjeta amarilla al deportista que fomente la pérdida de tiempo es otra herramienta, pero Gutiérrez asegura que sus excolegas “son muy lasos en las medidas disciplinarias”. Le preocupa que no se agilicen las atenciones médicas y traslado fuera de la cancha a los jugadores lesionados, porque “falta más criterio y autoridad para hacer cumplir las reglas”, lo que contribuye al detrimento del espectáculo