Con 10 jugadores diferentes a los que vencieron al Cali y certificaron el título de la Superliga, Atlético Nacional mostró la misma convicción y estilo, y superó ayer por 3-1 a Alianza Petrolera en el estadio Atanasio Girardot, durante el arranque de la Liga Águila-1.
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El único repitente de esa plantilla titular fue el zaguero central Dávinson Sánchez. Pero la victoria tuvo un ingrediente más: el conjunto verde jugó desde los 30 minutos con un hombre menos ante la expulsión del zaguero Alexis Henríquez por protestar las decisiones arbitrales.
Esa solidez que mostró el conjunto de Reinaldo Rueda en el inicio de la defensa del campeonato tuvo como figura al atacante cartagenero Orlando Berrío, autor de dos goles. Uno a los tres minutos y otro a los 47, es decir, en el inicio de cada período para llenar de fortaleza a sus compañeros.
El otro tanto, tras un error de la zaga visitante, lo consiguió el venezolano Alejandro Guerra (76’). El descuento para el 1-1 parcial, de penalti, lo marcó Sergio Romero.
Berrío dedicó sus logros a su esposa y a su hija, que está por nacer. “Este es el resultado del trabajo, uno como profesional debe perfeccionar su trabajo cada día”, dijo delantero al hablar de la forma como definió, especialmente, en el segundo tanto.
Ante el hecho de jugar con 10 jugadores, el espigado futbolista manifestó que Nacional está preparado para enfrentar tales adversidades.
Si bien en el equipo principal no tiene un lugar seguro, Berrío manifestó que en el club verdolaga la competencia es sana. Para él, lo importante es que la colectividad atraviesa un gran momento como lo apreciaron ayer 30.982 espectadores en el Atanasio.