Pablo Neruda –de nombre civil Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto– fue uno de los poetas más importantes de la literatura en español del siglo XX. También es una de las personalidades más polémicas de la historia reciente de Chile, al punto que la causa de su muerte se ha convertido en una investigación policial que nada le debe envidiar a las novelas de detectives.
Los medios noticiosos y la ciudadanía austral están pendientes del dictamen forense que un grupo de peritos internacionales revelará el miércoles y que, según su familia, confirma una hipótesis barajada por amigos del poeta luego de su muerte el 23 de septiembre de 1973, doce días después del derrocamiento de Salvador Allende: la mano de la dictadura de Augusto Pinochet sería la responsable del fallecimiento del Nobel de Literatura.
Le puede interesar: La casa de Débora, el museo de puertas cerradas
Rodolfo Reyes, sobrino del poeta, ha sido tajante respecto a los hallazgos de los científicos en los restos del autor de Residencia en la tierra: “Sabemos ahora que el ‘clostridium botulinum’ no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda. ¿Qué quiere decir esto? Que Neruda fue asesinado, hubo intervención en el año 1973 por agentes del Estado”, le dijo a la prensa internacional. El clostridium botulinum es la bacteria que causa botulismo, una enfermedad que en la actualidad es muy rara pero no por ello deja de ser peligrosa.