Da Vinci murió hace 500 años, pero sus ideas no. “Están vivas entre nosotros y nos enseñan a mirar el mundo con otros ojos”, asegura la museóloga, museógrafa, crítica de arte y arquitecta, Lucrecia Piedrahíta.
A esa conclusión espera que lleguen quienes vean la exposición que realizará la Universidad Pontificia Bolivariana para su Escuela de Verano 2019, UPB Da Vinci 500. un homenaje para celebrar el futuro a través de la vida de un hombre universal, que además de la exhibición propone experiencias, talleres, concursos, salas interactivas y conversaciones con invitados como los expertos en Da Vinci Mario Taddei y Carlo Vecce, y en general un grupo de expertos que quieren revisar el legado del genio.
Piedrahíta, la curadora de esta exhibición, quiere que la gente que ingrese al polideportivo de esta universidad se encuentre con una museografía que se mueve en distintas direcciones, “que rompe la idea del cubo blanco, de una exposición lineal”.
Podría decirse que la muestra se dividirá en partes y cada una promete la posibilidad de experimentar de distintas maneras las creaciones del genio.
Explicar y entender en primera persona
Para la primera echaron mano de tecnologías como la realidad aumentada y proyectores de alta capacidad. Esas se implementarán en lo que será una especie de hipercubo que les permitirá a los asistentes estar dentro del carro o el helicóptero que diseñó Leonardo; el primero era de madera, autopropulsado, y el segundo es considerado un prototipo del helicóptero actual.
No solo quieren que la gente los aprecie, están trabajando en la posibilidad de que la gente pueda, por ejemplo, “volar”, dice Piedrahíta, y de navegar, pero no en el sentido de desplazarse por el agua, sino de hacerlo a través de una red, un sistema, en este caso el que exhibirá el pensamiento de Leonardo, gracias a sensores que se podrán activar con las manos.
Uno de los propósitos de la exposición es que se experimente mediante todo los sentidos, por eso “narrar” a Leonardo con la ayuda de la tecnología fue una prioridad, asegura Lucrecia. También tienen otros objetivos, como hablar del futuro a través de su pensamiento y capturar al público, que tendrá niños y adolescentes que “miran con los ojos de la tecnología”, señala ella.
Otro de los componentes a los que Piedrahíta llama “células”, tendrá “modelos leonardescos”, o sea maquetas de mediana y gran escala, diez poliedros dibujados y diseñados por Leonardo y ahora construidos por un equipo interdisciplinario con el que la curadora está trabajando, que fueron los que se usaron en el libro La Proporción divina, del matemático, contador y economista Luca Pacioli, contemporáneo de Leonardo.
“Vamos a encontrar los poliedros a gran escala dentro del centro expositivo, tienen dos metros de altura y van a poder atravesarlos”, aclara Lucrecia, quien quería que la gente pudiera hacer eso, y que estos objetos se convirtieran en una especie de “environment” (“ambiente”), dice ella.
Descubrir al hombre
Durante el recorrido que realizará el espectador hallará, además, los modelos que van a traer desde el museo Leonardo3 (Milán, Italia), que contactaron hace más de un año porque es el único dedicado a realizar “modelos leonardescos”, asegura Piedrahíta; los hacen impresos, digitales y físicos. “Una institución con una capacidad inmensa de producción; con un equipo de diseñadores, arquitectos e ingenieros que reinterpretan los diseños de Leonardo”.
Justamente la UPB, dice la curadora, “se jugó una carta muy bella”, y es que quisieron generar una especie de bottega. Se trata, explica, de esa clase de talleres del renacimiento creados como laboratorios de pensamiento interdisciplinar. La que se hizo para trabajar en la exposición está conformada por ingenieros mecánicos, profesores de la UPB, arquitectos y ebanistas. Son ellos los encargados de construir los “modelos leonardescos” como el helicóptero, el ala de vuelo, el carro campana, el puente oscilante y el león mecánico, el primer robot que Leonardo construyó.
Eso tiene feliz a Lucrecia, “estamos haciendo un trabajo como en la bottega. Nos estamos guiando a través de los libros de Mario Taddei”, un académico y director técnico e investigador principal en el centro de estudios Leonardo3 que estará en la inauguración, el 16 de julio.
Esa es su guía constructiva para interpretar, por ejemplo, cómo andaría el carro. Para ella, el resultado se equiparará al de un gran museo por la capacidad interdisciplinar de traducir los dibujos de Leonardo para construir cada componente de la exposición. Así, lo que Da Vinci se imaginó hace cientos de años y que registró en cuadernos estará al alcance de personas que, tal vez, lo conocen solo por pintar la Mona Lisa. Acá verán al genio inventor .