Desde ayer Nueva Zelanda comenzó un proceso por el que el resto del mundo aguarda: la vida después de la pandemia del coronavirus, tras cumplir 19 días sin contagios locales y no tener a ningún paciente hospitalizado por la enfermedad. Así las cosas, este miércoles, mientras la enfermedad sigue superando récords en América, en el conjunto de islas al suroeste del océano Pacífico neozelandeses dan los primeros pasos de una vida en la que la covid dio tregua.
Semanas antes ya se conocían los avances de ese país de 5 millones de habitantes para contener la enfermedad, cuyas fronteras son netamente marítimas. El 27 de abril la primera ministra, Jacinda Ardern, quien a sus 39 años lleva las riendas de la nación, celebró que se hubiera cumplido la primera jornada sin contagios locales. “Hemos ganado esta batalla”, dijo en ese momento.
Para esa fecha Nueva Zelanda tenía 1.122 casos y 19 decesos por la covid. Pues bien, la victoria de ese momento fue parcial dado que se presentaron más enfermos días después, pero, finalmente, la curva de contagios descendió. Según Johns Hopkins University, este territorio tiene 1.504 contagios y 22 decesos. Y ya este miércoles se cumplen diecinueve días, casi tres semanas sin registros nuevos.
“Tenemos la confianza de haber eliminado la transmisión local del virus en Nueva Zelanda”, dijo el director de Sanidad, Ashley Bloomfield. En la práctica esto se traduce en que los negocios operan sin restricciones y la gente no está obligada a guardar distancia en los espacios públicos, pero sigue la vigilancia epidemiológica y el registro de las personas en todos los lugares a los que asisten, como una estrategia tecnológica de monitoreo ante un eventual rebrote.