Yoko, un chimpancé de 38 años de edad que era el último en cautiverio en Colombia, fue trasladado a Brasil, donde compartirá con otros 50 animales similares a él. Este primate había sido habituado a conductas humanas mientras estuvo en manos de un mafioso.
Este domingo partió desde Pereira Yoko, un chango que pasó los últimos 7 años en el Bioparque Ukumarí de esta ciudad y que es el único sobreviviente de una tragedia ocurrida en el 2023, cuando fueron asesinados por escaparse Pancho y Chita, los otros chimpancés que vivían en el recinto. Ese hecho mereció las investigaciones por parte de la Fiscalía General de la Nación.
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Su traslado se dio rumbo al santuario Sorocaba del Proyecto Gran Simio en São Paulo, Brasil. Allí vivirá con 50 chimpancés más que, como él, fueron víctimas de tráfico de animales, de explotación en circos o de otras circunstancias crueles e injustas que los condenaron al cautiverio.
Este proceso se dio gracias a un trabajo en conjunto de la Corporación Autónoma de Risaralda (CARDER) y la senadora Andrea Padilla, quien ha destacado en el Congreso de la República por ser una de las defensoras de las causas animalistas. El Ministerio de Ambiente, el ICA, la Secretaría de Ambiente de Bogotá, la DIAN y la Policía de Aduanas también estuvieron involucrados en el procedimiento.
La movilización de Yoko a territorio brasilero tuvo un costo aproximado de 23 mil dólares, el cual fue asumido entre Avianca y la CARDER. La Fuerza Aérea Colombiana se hizo presente con el traslado del primate desde Pereira hasta Bogotá.
¿Quién es Yoko?
Yoko es un chimpancé de 38 años de edad que siendo un bebé fue capturado por traficantes, vendido a un mafioso y sometido a un cruel proceso de impronta. Esto último hace relación a que fue obligado a adoptar comportamiento de la especie acompañante, que en este caso, fue la humana.
Alejado de cualquier posibilidad de volver a su hábitat natural, Yoko estuvo en manos de un narcotraficante que murió. Después fue incautado en Cúcuta a un circo local y luego hallado en un contenedor en terribles condiciones físicas y emocionales. Desde junio de 2018 se encontraba en el Bioparque Ukumarí.