La madrugada del sábado pasado cogió a los habitantes de la cuenca del río San Juan, en Chocó, con el agua a la cintura. No hubo nada que salvar, todo quedó cubierto por el sedimentado cauce que, de ser tan explotado por la minería ilegal y debido a las fuertes lluvias, arrasaba con lo que encontraba a su paso.
En Istmina, por ejemplo, la creciente era de un metro de altura. Los habitantes empezaron a desplazarse buscando un lugar seco en las mismas pangas en las que normalmente se transportan por el río. Los comercios perdieron casi toda su mercancía, que salía flotando de las vitrinas. Carros y motocicletas quedaron bajo el caudal.
Por fortuna, según reportó el gobernador de Chocó, Jhoany Palacios, la emergencia no dejó muertos, desaparecidos ni heridos. Sin embargo, ya puede catalogarse como la inundación más grande que ha vivido el departamento desde 2009, aunque se presentaron otras emergencias en 2014 y 2016.
Lina Moreno, alcaldesa de Cértegui, una de las poblaciones afectadas, dijo que en Chocó casi todos los pueblos se inundan en época de invierno, pero nunca antes el agua había llegado a tal altura, por lo que los destrozos fueron mayores.
“Algo hay que hacer para que haya menos estragos”, reclamó la mandataria local.
Aunque la alcaldesa entiende que es necesario atender la emergencia de forma urgente, advirtió que hay que hacer varias obras para que esto no vuelva a ocurrir, y muchas veces se lo ha dicho al Gobierno Nacional.
Por eso, el presidente Iván Duque dijo desde Quibdó, capital del departamento, a donde llegó en la mañana de ayer con la ministra del interior, Nancy Patricia Gutiérrez; el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, y el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Eduardo José González, que dio instrucciones para que “se acelere la identificación de las obras que tienen que ver con la mitigación de los riesgos hidroclimatológicos a los cuales están expuestas muchas población del Chocó”.
Además, González confirmó que ya estaban en ese departamento dos ingenieros, uno encargado de las alertas tempranas y otro de las obras de mitigación, para iniciar de una vez la identificación de las necesidades con los alcaldes de las zonas afectadas.
Los alcaldes de los municipios inundados contaron que en la región hay escuelas, hospitales y otras infraestructuras públicas con el techo averiado desde temporadas invernales anteriores, que afectan el servicio cada que llueve.
Así mismo pidieron la construcción de muro de contención que detenga la creciente de los ríos y el mejoramiento de puentes que permitan la movilidad en caso de emergencia.
A lo que se suma los daños presentados en esta inundación, que como lo manifestó el jefe de Estado, afectó varias viviendas y comercios, lo que será evaluado por el Gobierno Nacional.