Si todo sale como está previsto, justo en ocho días –el próximo martes 10 de junio– en la plenaria del Senado podría arrancar un debate clave que marcaría el derrotero de la contienda electoral de 2026: la discusión de la reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro en último debate.
“Fue gracias a la presión social de la gente en las calles y a la consulta popular que decidieron reabrir la discusión de la reforma laboral. Le digo a la gente que no decaiga en la movilización. Solo cuando el pueblo se moviliza aquí están dispuestos a ceder sus privilegios y otorgarle derechos a la gente”, aseguró a este diario la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico).
Lo ocurrido la semana pasada durante el tercer debate en la Comisión Cuarta puede dar luces de lo que se viene. Si bien inicialmente hubo consensos, al final no hubo una ponencia unificada y el petrismo dio un paso al costado.
“Ellos nunca han querido concertar. Quieren hacer las cosas como se le dé la gana al presidente. Acá hay que concertar, pero no les interesa. Quieren hacer bulla porque si les aprueban la reforma se inventan otra joda para seguir haciendo marchas y paros”, dijo por su parte el senador de oposición Alirio Barrera (Centro Democrático).
También desde la oposición, el senador Temístocles Ortega (Cambio Radical) advirtió que, aunque “todavía hay asuntos por discutir y por consensuar”, el ambiente es “propicio para que la reforma sea aprobada”. En ello coincidió la senadora Lorena Ríos, de Colombia Justa y Libre, “hay una vocación de querer sacar adelante la reforma”.
Puede leer: Así está usando Petro la consulta popular para presionar al Congreso
En medio de esta discusión, la ponente del proyecto en la Comisión Cuarta, la senadora Angélica Lozano (Alianza Verde), se declaró esperanzada de que la reforma avance en la plenaria. “El Senado va a sacar una buena reforma laboral. Será a tiempo, justa e incluyente porque todos ponen. Por supuesto, habrá un debate intenso y será pupitreada, votada, con discursos, pero va a salir una buena reforma”.
Sin embargo, la congresista expresó su desconfianza por la actitud del Pacto en plenaria. “Ellos no quieren ley. Ellos necesitan que esto salga mal, necesitan que no haya reforma. Quieren hostigamiento y campaña con plata pública. Ellos quieren es consulta”.
Para Lozano, más allá de la discusión en la plenaria, la prueba de fuego para la reforma será la conciliación. “Es un paso más administrativo, si se quiere, de fusionar los textos de Cámara y Senado. Si hay 80 artículos y 40 son iguales en Cámara y Senado no hay problema. El lío es cuando hay escrituras distintas y la comisión de conciliadores debe acoger uno u otro. Si el Gobierno quiere hundir este proyecto será ahí”.
El tiempo corre. Para que la iniciativa sea ley deberá estar aprobada en último debate antes del 20 de junio, cuando concluye el periodo legislativo. ¿Primará la concertación o un hundimiento adrede le dará gasolina al petrismo en su tesis del bloqueo institucional? Cualquiera de los dos caminos marcará las elecciones.