Las pistas que llevarían a los asesinos del fiscal Pecci

Videos, pago en dólares y la ruta de escape que tomaron los sicarios para matar al fiscal ya están en manos de las autoridades. Hoy es su entierro.

El fiscal paraguayo Marcelo Pecci tenía 45 años y había participado en importantes investigaciones sobre el narcotráfico en su país. FOTO cortesía

Este sábado, paralelo a la llegada del fiscal Marcelo Pecci a Paraguay, agentes de ese país, Colombia y Estados Unidos concretaron el camino de fuga que tomaron los sicarios que lo asesinaron en la isla de Barú delante de su esposa.

Entre lo recaudado hay varias pruebas con las que ahora intentan cercar con investigadores del CTI de la Fiscalía, el FBI y la DEA a los asesinos por los que hay $2.000 millones en Colombia.

La primera de ellas son los indicios de que desde cárceles gringas dos libaneses y un brasileño habrían planeado el asesinato del fiscal antimafia que compartía desde el 5 de mayo de una luna de miel con su esposa en Cartagena.

Sin embargo, la pista más fresca es la que lleva directamente al rastro de los autores materiales. En varios minutos de grabaciones de cámaras aledañas a la zona del crimen se identifican los momentos previos y posteriores al hecho.

En efecto, este diario conoció, por parte de una fuente cercana al caso, cuál fue la ruta de escape de los sicarios. Una de las claves en este caso es que por donde entraron al hotel no fue por donde salieron, cosa que los ha llevado a pensar en que conocían muy bien por dónde se movían.

Y es que resulta que luego de pagar más de la cuenta por alquilar la moto acuática menos de 30 minutos –fueron $150.000–, los dos sicarios llegaron desde Playa Blanca al hotel Decameron, cometieron el crimen y se volvieron a subir con destino a mar adentro.

Tras tomar una ruta alterna, la evidencia que tienen las autoridades es que dejaron la moto e inmediatamente se cambiaron de ropa. Uno de ellos se quitó el saco negro con el que se le ha identificado en redes sociales. Lo dejó tirado y junto al otro implicado se fue de Playa Blanca rumbo a Cartagena. Para ello se metieron a unos callejones y esperaron el bus parados en una vía principal.

En toda esta descripción, lo que les llama la atención a los investigadores que llevan este caso es la tranquilidad y el conocimiento de la zona que tuvieron los perseguidos. Tanto así que una de las hipótesis –que con el paso de las horas cobra mayor relevancia– es que los responsables de la muerte del fiscal Pecci son de la región.

Los sospechosos presos

Antes de su viaje de luna de miel a Cartagena, Pecci se había preparado para el juicio oral del brasileño Waldemar Pereira, alias ‘Cachorrao’, supuesto miembro del la poderosa organización criminal Primeiro Comando capital (PCC), y acusado del crimen de un periodista el 12 de febrero de 2020.

Horas después de la muerte de Pecci, la Policía allanó la celda de “Cachorrao” y la del brasileño-libanés Kassem Mohamad Higazi, un extraditable a Estados Unidos al que el fiscal también le siguió la pista.

De ese calibre son los casos que a lo largo de su carrera llevó este hijo de un exmagistrado y una exazafata paraguaya. De hecho, algunos de los ya extraditados criminales tendrían relación como determinadores de su asesinato.

Sus nombres son Kassed Mohamad Hijazi, Nader Mohamad Farhat y Mahmoud Alí Barakat indagados porque gracias a Pecci es que los enviaron a Florida y Nueva York por delitos relacionados a lavado de activos y narcotráfico, incluso por nexos con el grupo terrorista Hezbollah.

La estocada de que estos tres detenidos o su gente tendrían que ver con lo sucedido en Barú es que el pago a los sicarios que mataron a Pecci con una pistola 9 milímetros habría sido en dólares. Por el momento, tras cotejar las cámaras y demás pruebas para dar con el destino de los sicarios, el cuerpo de Pecci fue recibido con honores en su país y será velado hasta su entierro este domingo.

2.000

millones de pesos dan las autoridades colombianas por el paradero de los sicarios.