Triana fue procesado por diversos delitos y por el intento de homicidio a Jesús Sánchez el pasado 9 de octubre de 2012 en la zona T de Bogotá. Las razones de Horacio de Jesús para participar como autor intelectual del atentado fueron por el robo del 20 % de las acciones de una próspera mina llamada Cunas, ubicada en Maripí (Boyacá) que él mismo descubrió a finales de los años noventa, según contó El Espectador.
Tras ese ataque, el nombre de Jesús Hernando Sánchez comenzó a sonar en Colombia, ya que recibió 11 impactos de bala en la espalda que lo dejaron en coma por dos meses y obligándolo a someterse a cirugía 17 veces.
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“Lo único que vi fue el sicario en la parte de atrás cuando me empezó a disparar, porque todos los disparos entraron por la espalda y me tumbaron al piso. Yo saqué mi arma y vi la sombra del sicario. Yo sé quién fue y de eso ya corre en investigación por parte de la Fiscalía”, dijo Sánchez a El Tiempo.
Con la muerte de Carranza y la extradición de Triana, el camino quedó libre para Sánchez, porque pasó a ostentar de riquezas y un gran poderío en las minas de Boyacá tales como Coscuez, en la zona de Borbur (la más grande del mundo), y de la cual le vendió a la empresa canadiense Fura Gems el 76 %, así como las minas Puerto Arturo, en Muzo; y El Consorcio, en Maripí (que también fue de Carranza).
El crimen del también esmeraldero Juan Sebastián Aguilar, conocido como “Pedro Pechuga”, el pasado 7 de agosto de 2024, tiene similitudes con la muerte de Jesús Sánchez, porque ambos estaban en el mismo conjunto residencial Bosques del Marqués cuando fueron asesinados. A diferencia del amplio esquema de seguridad que Aguilar tenía en el momento de su muerte, Sánchez compartía con sus familiares y amigos cuando fue atacado.
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Esto podría dar indicios del mismo modus operandi por parte del francotirador, quien habría esperado camuflado por lo menos 6 horas para matar a Sánchez y después recorrer por los menos unos 700 metros hacia la parte alta de la urbanización.