El Foro Económico Mundial realizado en Davos, Suiza, sirvió de vitrina para visibilizar la latente puja de poder entre los líderes políticos de corrientes socialista y capitalista en América Latina. Así lo dejaron claro los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y Argentina, Javier Milei, cuyas visiones de desarrollo contrastaron y demostraron que la división ideológica sigue agudizándose en la región.
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Petro y Milei fueron los únicos mandatarios latinoamericanos presentes en este evento económico y en sus intervenciones en el Centro de Congresos de Davos el primero arreció en críticas contra el actual modelo de cooperación capitalista, que considera que solo le deja “limosnas” a los países del sur del continente. Por su parte, Milei volvió a mostrarle los dientes al sistema socialista que derrotó en Argentina y lo tildó de “empobrecedor” y “peligroso” para Occidente.
Cada uno, desde su perspectiva, dejó claro que tiene una visión diferente no solo en la forma de gobernar, sino también frente a la manera en que considera que se deben abordar los retos del orden mundial y regional. Además, en sus discursos y acciones en este congreso económico reflejaron el interés particular que tienen en fortalecer, y de paso promover, su sistema político en la región.
Dos visiones que contrastan
Las marcadas diferencias políticas entre Petro y Milei quedaron expuestas desde su llegada al Foro Económico, que se realiza en Davos entre el 15 y el 19 de enero. Mientras el mandatario colombiano puso en duda su participación al tratar de mostrarse como un líder regional defendiendo la legitimidad del gobierno de Bernardo Arévalo en Guatemala, el argentino no tuvo problema en pelear con uno de sus poderosos vecinos, Nicolás Maduro, a quien llamó “socialista empobrecedor”.
Además, los dos mandatarios llegaron a este prestigioso congreso económico con discursos y circunstancias opuestas. Milei lo hizo en un vuelo comercial para demostrar coherencia con su política de austeridad, mientras que Petro arribó en un vuelo privado junto a su comitiva y en medio de cuestionamientos por gastarse más de $4.500 millones en el alquiler y montaje de la ‘casa Colombia’.
“El modo de viajar que se ha elegido (vuelos comerciales) nos ha permitido ahorrar unos 392.000 dólares. Ese dinero surge del esfuerzo de los argentinos”, dijo Milei en su primera aparición internacional, mientras que Petro justificó sus cuantiosos gastos argumentando que es una inversión que se verá retribuida en turismo. “Hicimos esta campaña para invitar no solo a inversionistas, sino a personas comunes y corrientes a visitar Colombia”, señaló.
La distancia entre ambos dirigentes se vio especialmente en sus discursos del miércoles en los foros más claves del Foro. El primero en intervenir fue el mandatario colombiano, quien participó en el panel sobre el cisma, o separación, entre el norte y el sur del continente y se codeó con reconocidas personalidades como Bill Gates, fundador de Microsoft, y Ngozi Okonjo-Iweala, la directora general de la Organización Mundial de Comercio.
Petro cuestionó que el mundo atraviesa por una “crisis civilizatoria” que tiene su origen en la crisis climática y defendió que está cambiando el paradigma político, económico y social, dejando clara la brecha de desarrollo que considera que hay en la región. “La cooperación se construyó con el concepto de un rico muy rico, un norte muy rico y un sur muy pobre. Una idea de enviar dineros del norte al sur, yo le llamo limosna”, apuntó.
A su turno, Milei hizo su intervención unas cuatro horas después y sin mencionar a Petro se fue en contra de la mayoría de sus tesis, enfocándose en defender que la población mundial hoy es más próspera, educada y sana gracias a los avances del capitalismo y, en esa línea, la emprendió contra el socialismo.
“Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender sus valores están cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza”, expuso el mandatario argentino y agregó que “lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia en todo el planeta”.
Este discurso fue respaldado por el magnate Elon Musk, dueño de Tesla y de X (antes Twitter), quien expuso que la intervención de Milei es una “buena explicación de lo que hace que los países sean más o menos prósperos”.
Petro, quien por su parte sacó pecho por una reunión que tuvo con Gates para hablar de inteligencia artificial, insistió en rechazar la guerra en la Franja de Gaza y en la necesidad de luchar contra la deforestación. Además, aseguró que para salvar la selva amazónica se requiere de una inyección de 2.500 millones de dólares al año lo que, según él, implica un cambio de deuda pública por acción climática.
“Para el caso de Colombia lo que proponemos no es cooperación, sino que nosotros podemos financiar la acción climática que se necesita para la selva, pero para ello necesitamos liberar nuestros recursos en la cuantía de 2.500 millones de dólares al año”, dijo.
Su homólogo argentino se mostró en desacuerdo con el discurso ambientalista y también en contravía de la puja de Petro con los empresarios, que aseguró que deben ser respaldados por el Estado. Además, defendió que el Estado no necesita controlar los medios de producción. “(Empresarios) no se dejen amedrentar ni por la casta política ni parásitos que viven del Estado (...) ustedes son benefactores, son héroes, que nadie les diga que su ambición es inmoral”, dijo Milei.
Las posturas opuestas de estos dos líderes latinoamericanos en este congreso económico son el reflejo de la división por la que atraviesan los gobiernos en América Latina por asuntos ideológicos. Esto ha generado tensiones, por ejemplo, en la Alianza del Pacífico, que está quieta por las diferencias entre Colombia y México con Perú, y en el caso Mercosur el presidente argentino sugirió que debería disolverse como bloque político.