¿Cómo fue la campaña?
“Mi candidatura fue tardía. Me propusieron esta postulación pocos días antes de la presentación formal ante el Consejo Permanente. Si bien se pueden presentar candidaturas hasta el día antes de la elección, hay un procedimiento formal que los Estados respetan, que incluye la presentación ante el Consejo permanente y ante la sociedad civil con sesiones de preguntas y respuestas. A mí me tocó preparar la presentación en poquitos días, fueron 3 o 4. En la presentación pude proyectar una candidatura seria con ideas propositivas y creo que eso me puso a la delantera para arrancar. Luego mantuve reuniones con cada uno de los países. El voto es secreto, no tengo claro quién votó por quién”.
Hubo rumores acerca de tensiones con Estados Unidos
“Tuve reuniones con ellos. Fueron respetuosas, las preguntas me parecieron razonables, interesantes, las pude contestar contestar y en ningún caso sentí que Estados Unidos tuviera interés en bloquear la candidatura”.
Mencionó que el apoyo de la canciller Laura Sarabia y el presidente Petro fue crucial, ¿cómo?
“Lo fue. A los países les interesa tener a sus nacionales en puestos de proyección, por múltiples razones. Una es porque potencia la presencia del país. El funcionario civil internacional es un funcionario independiente, pero a todos nos interesa que nuestras nacionales ocupen espacios de importancia. Yo misma como embajadora en Viena promoví la presencia de nosotros en los órganos de las Naciones Unidas.
Las candidaturas tienen dos componentes. Uno es el personal, es decir, el candidato o la candidata tiene que ser una persona con bagaje, con conocimiento, con experiencia. Todo eso yo lo puedo proyectar en las reuniones bilaterales. Por otro lado, se necesita una acción de Estado para respaldar la candidatura y eso es lo que le correspondió a la cancillería y al presidente. Tuve ambas cosas”.
Es la primera mujer en la historia que ocupa el puesto de subsecretaria general, ¿cuáles son los retos?
“Durante toda mi carrera profesional me he encontrado con que las mujeres tenemos que desafiar muchos estereotipos. Soy una mujer de opiniones fuertes, hablo claro y en general a las mujeres con este tipo de carácter nos dicen conflictivas, problemáticas. Pocas veces he visto mujeres profesionales que en algún momento no han debido toparse con ese tipo de señalamiento.
Entonces, el reto principal es hacerlo bien, porque si lo hago mal como primera mujer no solo estaré le estaré incumpliendo a mi país que confió en mí, o al secretario general, sino a todas las mujeres. Este nombramiento rompió un techo de cristal y ese techo de cristal debe quedar roto. Detrás mío vienen más mujeres y deben sentirse inspiradas”.
Si un hombre habla duro, tiene carácter. Si lo hace una mujer...
”La llaman histérica. Exacto. Pero si una mujer habla suave entonces nadie la toma en serio. A los hombres no les pasa eso. Por eso no puedo fallar, me tiene que ir bien en este puesto para que no digan que fallé y que las mujeres no sirven para estar acá sólo porque una no pudo, porque eso suele pasar.
Cuando las mujeres llegamos al poder, en su mayoría llegamos con un sentido de liderazgo colectivo, de trabajo en equipo. No llegamos como tractores a imponer. Porque hemos aprendido a ayudarnos, hemos aprendido que tenemos que potenciarnos entre nosotras porque no tenemos nada asegurado. El poder, para los hombres, es algo que se da casi por sentado”.
Lea aquí: Registraduría y OEA acordaron hacer equipo para realización de elecciones de 2026 en Colombia
No solo es la primera mujer, es la primera persona colombiana en llegar a ese cargo.
“Fue muy sorprendente para mí, nunca imaginé que iba a terminar en estas, la verdad. ¿Quién se lo imaginó? Nadie. Nunca me plantee que en 3 años iba a tener tantos cambios en mi vida. Pero bueno, ahora tengo un gran desafío y me toca hacerlo bien porque de todas formas, por más que sea un puesto independiente, estoy representando a Colombia. Si me va mal, le va mal a Colombia. Por más que seré independiente, llevo el nombre de mi país. Me tiene que ir bien”.
Cuando salieron a la luz las críticas que le hizo a la OEA dijo: “vine a cambiar lo que critiqué”, ¿Cómo es eso?
“Llevo 30 años estudiando el multilateralismo. Me he especializado en Naciones Unidas y OEA, y he sido muy crítica con ambas, he exigido muchísimo más en términos de transparencia y efectividad. Estoy convencida de que estos organismos pueden hacer mucho más con menos. Quiero organizaciones más transparentes, más efectivas, más austeras, y esa ha sido una exigencia mía como viceministra, como embajadora, analista y académica, y ahora tengo la oportunidad de realmente marcar una diferencia.
Hay un trino mío que me parece particularmente interesante, es de hace 15 años, y decía que esta organización no es transparente. Eso fue porque estaba buscando las actas del Consejo Permanente, porque estudio estas organizaciones y necesito ver los documentos, y encontré que las de enero se publicaron en septiembre, o sea, con 8 meses de retraso. ¿Sabes cuánto tienen de retraso esas actas hoy en día? Tienen 3 años de retraso. Y eso recae en la Secretaría General Adjunta, ahora queda bajo mi responsabilidad. Ahí va un ejemplo muy claro de algo que yo detecté hace 15 años y que ahora voy a tener la oportunidad de arreglar”.
Muchos hablan de que hay una crisis del multilateralismo, ¿usted lo considera así? ¿cómo enfrentarlo desde su nuevo puesto?
“El multilateralismo está en crisis. No es algo nuevo, viene así desde hace muchos años por la simple razón que las ciudadanías de nuestros países no ven el impacto directo de la acción multilateral en una mejora de su calidad de vida. Nosotros tenemos que construir, con el secretario general al frente, una OEA mucho más efectiva y cercana a la gente”.
También hay quiebres geopolíticos.
“Las secretarías generales de todos los organismos multilaterales ven una creciente polarización, y con esta crece la confrontación. Nuestro trabajo está en tender puentes, facilitar la comunicación. La diplomacia es persuasión. Uno no persuade si no habla de buena fe. Lo que podemos hacer el secretario general y yo es crear los espacios para que los Estados puedan dialogar. El secretario general electo ha enfatizado que el diálogo será el mecanismo privilegiado”.
¿Ya ha podido hablar con Albert Ramdin?
“Hemos tenido conversaciones muy cortas, hasta ahora iniciamos empalme”.
A pesar de que es un puesto independiente, por usted pasarán temas importantes para Colombia; como la lucha contra las drogas.
“En Viena, Colombia logró una revolución con dos inmensos logros: la implementación de políticas de reducción de daños en 2024 y la primera primera revisión independiente y crítica del régimen global de drogas que no era revisada desde el año 61 por las Naciones Unidas. Lo logramos contra todos los pronósticos, y la única manera de haberlo logrado fue porque Colombia, en esta misión, le dedicó tiempo a todos los países; desde el más afín al más contradictor, desde el más poderoso al más débil.
Nos sentamos con todos para poder sacar una resolución que tuviera mayorías, pero sobre todo, que tuviera legitimidad. Hasta quienes votaron en contra reconocieron que hasta último minuto estuvimos negociando. Negociando significa también ceder. Esa ha sido mi experiencia y lo que puedo hacer como secretaria general adjunta es facilitar que otros hagan el trabajo que yo hice acá. Y a eso me comprometo, tender puentes para que los Estados puedan involucrarse en conversaciones y tomar decisiones”.
Lea también: “No me arrepiento de haber criticado a la OEA, quiero una OEA relevante”: Laura Gil
También está el tema del éxodo venezolano y la situación política del país.
“La OEA tiene estándares interamericanos y cualquier acción de la OEA se tiene que enmarcar en sus documentos fundacionales. Cualquier acción que tenga que ver con migración se deberá tomar en ese marco”.
Estados Unidos pidió revisar la estructura de la OEA. Usted dijo estar de acuerdo. ¿Por qué?
“Hace un par de años la OEA solicitó un informe de evaluación del funcionamiento de la organización y ese informe se entregó con más de 250 recomendaciones. Algunas incluyen sugerencias de reestructuración. Estados Unidos está particularmente interesado en unas, otros Estados están interesados en otras. Yo creo que hay una deuda de modernización de la organización y que independientemente de lo que crea Estados Unidos debemos pagar esa deuda, no porque Estados Unidos lo pida, sino porque es lo correcto”.
¿Cómo afrontar el recorte presupuestal?
“Al secretario general le tocará tomar decisiones sobre qué mandatos privilegiar, qué van a priorizar. Como secretaria general adjunta pienso estar ahí para apoyarlo en cualquier escenario”.
¿Hay algún tema que esté por fuera de la agenda de la OEA que crea que deba entrar o plantearse con más importancia?