Colombia

Excombatientes se juntan para conservar la paz

Este es el avance más importante de la Comisión de la Verdad con relación a los responsables, un aporte valioso de cara al informe final.

31 excombatientes de todos los grupos ilegales fueron convocados por la Comisión de la Verdad, para ser escuchados sobre sus experiencias. FOTO Cortesía CEV

Olga Patricia Rendón Marulanda

16 de noviembre de 2019

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En el pasado eran enemigos. Planearon ataques y venganzas, derramaron sangre en medio de una guerra que dejó en el camino casi nueve millones de víctimas; hoy sentados uno al lado del otro, los excombatientes de todos los grupos armados ilegales que han dejado las armas, se forjan como ejemplo de reconciliación nacional y le envían como mensaje a los colombianos que el conflicto es absurdo, inútil y estéril, que es momento de mirar la vida y la diferencia con esperanza.

Sus encuentros iniciaron en enero, cuando la Comisión de la Verdad, el Centro Internacional de Justicia Transicional-ICTJ y la organización ABCPAZ convocaron a 31 excombatientes del M-19, Epl, Eln, Corriente de Renovación Socialista, Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia. Solo faltó el Quintín Lame, ya que sus voceros Pablo Tatay y Henry Caballero no pudieron asistir más allá del primer encuentro por problemas de salud el primero y el segundo por la difícil situación que se vive el Cauca.

“Primero no podíamos ni estrecharnos las manos”, reconoció Iván Roberto Duque, conocido como “Ernesto Baez” excomandante del Bloque Central Bolívar. Y es apenas entendible, los rencores y reproches hacían mella. Pero con el tiempo y el diálogo las heridas se fueron cerrando, empezaron a entender las motivaciones y las circunstancias que los movieron a la guerra. Ahora promueven la paz.

Los encuentros

“Del apretón de manos distante que inauguró las actividades, pasamos a escucharnos, a discutir algunas veces con vehemencia, hasta llegar a descubrir circunstancias coincidentes, lógicas recurrentes, esfuerzos y dolores padecidos, así como reconocer los altos costos, el drama y el horror derivados de la guerra”, dice el documento que entregaron ayer, a manera de compromiso, a la Comisión de la Verdad.

“Despojados de las armas, entendimos la posibilidad histórica que se nos presentaba con este empeño, que estamos seguros puede tributar con creces al logro de la paz y la reconciliación”, agregaron.

Álvaro Villarraga, excombatiente del Epl, contó a EL COLOMBIANO que para cada una de las reuniones recibían un cuestionario con el que la Comisión se proponía indagar por ciertos asuntos como orígenes de los grupos, proyecciones, modos de victimización, relaciones internacionales, formas de financiación, relacionamiento con la corrupción y las dinámicas del conflicto.

Para él, que en las últimas décadas se ha dedicado al estudio del conflicto, fue revelador la interpretación que cada uno daba a la vida interna de las organizaciones, los debates que se daban en torno a las coyunturas que se presentaban. “Fue sincerarnos más allá de los discursos públicos de cómo se estaban dando los debates internos”, explicó Villarraga.

También hubo espacio para reconocimientos y reivindicaciones, en su mayoría buscaron ser vistos como combatientes y no solo como criminales, era importante para ellos que quedara claro que hubo razones para actuar como lo hicieron. Con la frialdad y la crudeza de la guerra.

El compromiso

Los ocho encuentros que han tenido los otrora actores armados concluyeron con un compromiso público de nueve puntos que fue firmado ayer por cada uno de ellos.

Entre estos se destaca su compromiso “con la paz de Colombia significa un Nunca Más a la guerra y un rechazo a la violencia como forma de acción política”.

Además, exigieron al Gobierno la protección integral y la seguridad jurídica para quienes desde 1991 dejaron las armas, fueran insurgentes o autodefensas, honrando la palabra del Estado y el cumplimiento de los mismos excombatientes.

Condenaron el asesinato sistemático de líderes sociales e invitaron al Eln, y a las otras organizaciones alzadas en armas, a hacer un alto en el camino de la violencia para buscar una salida política. Y prometieron seguir aportando a la verdad de lo que pasó en tantos años de guerra.

El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, les agradeció a los participantes “por enseñarnos la más grande de las virtudes humanas: la capacidad de recibir y aceptar al otro como es, sin condiciones (...) nos han mostrado que es posible, para cualquiera de nosotros, ponernos más allá de nosotros mismos, más allá de nuestros grupos, instituciones y partidos políticos”.