Una granada de fragmentación abandonada en el salón comunal del barrio Olaya Herrera, en Jambaló, fue una de las evidencias que quedaron del ataque de las disidencias de las FARC contra este municipio caucano.
La situación fue reportada este martes por el general Federico Medina, jefe del Comando Específico del Cauca, quien la describió como una violación del DIH.
“Estamos restaurando el orden público, inutilizando la gran cantidad de artefactos explosivos improvisados que quedaron esparcidos por el pueblo, y que los disidentes dejaron de forma voluntaria para afectar a la población civil”, comentó el oficial.
El pasado fin de semana hubo una violenta incursión en el casco urbano de la población. Los disidentes atacaron la sede del Banco Agrario, violentaron el cajero electrónico y se robaron el dinero, al tiempo que causaron destrozos en varias viviendas y hostigaron con ráfagas la estación de Policía.
Según el general Medina, el ataque fue coordinado por varias columnas móviles del Estado Mayor Central (EMC): la Dagoberto Ramos, la Carlos Patiño y la Jaime Martínez.
Su propósito, al parecer, es contrarrestar la presión que el Ejército les está haciendo en el Cañón del Micay, con la Operación Trueno, en la cual están desplazando a los guerrilleros de algunas áreas de retaguardia estratégica.
En la inspección a las calles del pueblo, luego de la incursión guerrillera, los militares han encontrado y destruido una docena de artefactos explosivos abandonados cerca de la estación policial y de algunas calles principales.
“El Grupo Marte (antiexplosivos) pudo establecer que se trataba de contenedores metálicos en forma de granada con detonador. Estos artefactos fueron extraídos aplicando todas las medidas de seguridad, puesto que se encontraban cerca de los inmuebles afectados”, reportó el Ejército.
El EMC está en acercamientos exploratorios con el Gobierno Nacional, para establecer una mesa de diálogos de paz. Tales conversaciones se están dando en medio del fuego cruzado.