Lo anterior, pese a que esa intentona puso en jaque la separación de poderes, desató la faceta más combativa y agresiva del mandatario e, incluso, tuvo de por medio un “decretazo” que implicó saltarse al Congreso —por no hablar de su costo: 750.000 millones en plena temporada electoral—.
La revelación la hace, en diálogo con EL COLOMBIANO, el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien deja ver entre líneas que el objetivo no es otro que volver a presionar al Legislativo y sacar adelante el proyecto, apalancados en una táctica que ya le dio frutos al Ejecutivo.
“En el Congreso están mamando gallo”, dice, señalando que, aunque otra consulta popular está sobre la baraja de alternativas del Gobierno, “la idea viene ahora de otros sectores políticos que se opusieron a la (primera) consulta”.
En esta entrevista, el encargado de las relaciones políticas insiste además en una Constituyente; habla de las tensiones con Estados Unidos y asegura que Donald Trump “está peleando contra todo el planeta”; se refiere a sus procesos en la Corte Suprema de Justicia, y revela que no descarta ser alcalde de Barranquilla después de 2026.
Si bien ha preferido guardar silencio e insistir en que ahora es “estoico”, lo cierto es que esta semana estalló una nueva rencilla en el corazón del gabinete Petro. ¿Cuál es el origen de la pelea con el ministro Eduardo Montealegre?
Para que haya una pelea usted tiene que tener rabia u odiar a alguien, y yo no tengo rabia ni odio contra él. Lo que sucedió fue que di unas declaraciones a la Revista Semana en las que dije que el gabinete era flojo, y eso provocó esa reacción inesperada y siguió días después. Eso fue lo que pasó, pero yo nunca contesté nada, nunca dije nada.
Por eso me molestaba que los medios dijeran ‘rencilla’ o ‘pelea’, porque pelea es cuando hay dos. Si hay alguien que grita y grita, y el otro no dice nada no hay pelea.
El ministro de Justicia lo señala de “desprestigiar a los compañeros de gabinete”, ¿sí es así?
No, se sabría. Si se filtró ese chat se hubiera filtrado otro.
Montealegre decía que “pronto” usted va a ir a la cárcel “por corrupto”, ¿es así? Y, a propósito, ¿cómo van sus procesos judiciales en la Corte Suprema?
Llevan 10 años diciendo esa vaina y los procesos míos se inician porque Jaime Lombana me hace unas denuncias por unos temas personales con mi hermana. Esas denuncias después las agrupan, pero yo ahorita no puedo contestarle, por ejemplo, acerca de contradecir un testigo o una prueba. Acabaron conmigo a raíz de eso, de esas denuncias, pero yo no tengo un testigo. No hay un ‘Pedro Pérez dijo’, o ‘Juan dijo’, o hay tal prueba. Son solamente unas denuncias que hizo una persona.
Todo esto para que no se cometan errores que ya se cometieron: varios o uno de los actores que están en política tienen un pasado criminal y estuvieron con las Autodefensas. No lo estoy haciendo ni se está haciendo porque sea un tema de campaña, sino que la verdad se debe saber y es importante que se sepa.
Los medios de comunicación siempre simplifican todo muy fácil, cuando lo importante es saber qué personas del establecimiento, de la industria y de la política estuvieron ahí y todavía están.
¿Y qué incluye esa verdad? Hay quienes cuestionan el alcance de este primer acercamiento...
No puedo anticipar nada, hay que esperar que hablen.
Esta semana acudió a la Comisión Séptima y no se le vio optimista frente al trámite de la reforma a la salud, ¿cuál es la estrategia para sacar adelante este proyecto que sí hace parte de la columna vertebral del Gobierno?
Ese hace parte de la columna vertebral, hace parte de las reformas sociales que hay que hacer. En ese sí me pueden poner la mitad de la responsabilidad, aunque es de la cartera de salud, yo ayudo en el ese tema. Yo creería que estamos 7-7 votos por ahora
Vamos a ver cómo se desarrollan las votaciones la próxima semana, aunque creo que no van a trabajar o parece que sí, porque es la semana de dizque de receso, que es para los niños, no para los parlamentarios. Lo que se necesita es que se apruebe una de las ponencias para pasar a plenaria y ahí estaría la verdadera discusión.
Hay tres ponencias sobre la mesa y ustedes apuestan únicamente a la positiva, ¿o a la ponencia alternativa le jalan?
La alternativa es posible que se pudiera pasar llegando a algunos acuerdos. Eso sería lo estratégico, pero es posible que el presidente no esté tan dispuesto a ceder en algunas líneas rojas. En esa ponencia lo que hacen es dejar exactamente igual las EPS y que sus deudas las pague el sector público. Eso nunca ha pasado.
¿Qué otras líneas rojas tienen?
Hay que quitarles que las EPS sean aseguradoras y que la plata vaya directamente a los hospitales. Eso es lo primordial y que la plata vaya para el tema preventivo y de seguridad universal, buscando que a la gente la puedan atender en cualquier hospital. Eso es lo importante y lo que necesita verdaderamente el sistema de salud.
¿Qué tan cierto es que está sobre la mesa la estrategia de sacar el proyecto de la Comisión Séptima, lo que implicaría que se hunda, pero que lo revivieran en otra comisión vía apelación, tal como como pasó con la reforma laboral?
Hay sectores políticos fuera del Gobierno –y para no interpretar mal al presidente– que están sugiriendo que podríamos presentar la consulta popular.
¿Pero la apuesta no es la Constituyente?
Lo de la consulta popular está sobre la mesa desde hace pocas horas. Lo de la Constituyente sí hace varias semanas o meses. Lo que queda claro es que a este Congreso le quedó grande reformar la justicia o la salud. Solo hacen bloqueos, dicen que si no se les dan prebendas no hay forma de llegar a ningún acuerdo y la clase dirigente es la que manda sobre el Congreso.
Por ello, lo que hay que hacer entonces es buscar que haya una Constituyente de iniciativa popular. Ojo, de iniciativa popular para que en el próximo periodo se apruebe la ley y la Constituyente sería para el próximo Gobierno y para el próximo Congreso.
No estamos hablando de reelección ni de quedarnos, nada de esas cosas bobas y tontas que constantemente dice una cantidad de bobos y de tontos porque estamos en campaña. Lo que queda claro es que habría una Constituyente por poder popular y ese mandato se expresaría el 8 de marzo.
¿Cómo plantean por ahora esa consulta popular, bajo qué términos?
Es un tema que no se ha discutido con el presidente. Él tendría que decidir qué pasa, pero hay sectores políticos a los que les gustaría que ese tema fuera a la calle.
¿A usted le suena después de lo que implicó la consulta pasada?
A mí suena, porque ya sé que el Congreso está mamando gallo. La Comisión Séptima hundió la reforma laboral de forma burda y vulgar, y ahora están jugando a los astutos al tramitar de forma lenta la reforma a la salud para dilatar la discusión y las decisiones de la reforma.
Me parece muy infantil que nos estén mamando gallo, que digan que sí, que mañana, que la ponencia, que se demora, que la firman a la 1:00 de la mañana.
Parecía muy optimista cuando nombraron a Miguel Ángel Pinto como presidente de la Comisión Séptima...
Sigo optimista porque tengo una relación con él muy buena y tengo canales de comunicación con él, cosa que antes no existía con Nadia (Blel), que sigue y estaba en un plan bastante hostil y cerrado hacia el Gobierno.
Para cerrar el tema de la consulta, ¿cuándo podría haber decisiones? ¿La estrategia sería la misma de presionar al Congreso?
Lo que pasa es que esta vez la idea viene de otros sectores políticos que se opusieron a la consulta. Entonces, yo tendría que verificar si eso es así para promoverla, porque la noticia es no solamente la consulta, sino que es idea de sectores políticos y partidos que no estuvieron con la consulta y no la votaron, y que de pronto les gustaría promover la consulta popular.
Pero la última palabra la tiene el presidente...
Más que el presidente, lo importante es concretar esos apoyos o esas insinuaciones de los partidos políticos.
¿Qué partidos en particular hicieron esa invitación?
Son partidos que no estuvieron con la consulta y hoy me están preguntando que qué posibilidad habría de jugarle a eso.
¿Qué otros proyectos son prioridad para el Gobierno en este último año legislativo?
La ley de financiamiento, que va a estar difícil, y salud, porque Presupuesto ustedes decían que no salía y ya está en comisión.
¿Cómo es su relación con los congresistas? Uno ve usualmente a un ministro del Interior metido todos los días en plenaria y en contacto permanente con ellos. Su estilo es diferente. ¿Cuál es su estrategia?
Yo tengo un estilo de ser una persona muy abierta y directa, pero soy mamador de gallo. Estoy más tranquilo y sereno en esta última etapa de mi vida. Fui representante a la Cámara cuatro años y 16 años senador. Conozco del reglamento y sé –más que los que están ahí ahora en el Senado y la Cámara–, cómo se pueden manejar ciertas situaciones. Yo tengo una comunicación con ellos muy fluida. Hablo con ellos bastante y son amigos míos, amigos de verdad, que me tienen cariño, y a quienes también les tengo mucho cariño y respeto.
Es decir, esas diferencias y peleas con algunos no deja de ser más que un show mediático...
Si usted revisa son pocos los que me han atacado. Si usted revisa los senadores no me atacan. Yo tampoco tengo peleas ni rencillas con los senadores, porque respeto su oficio y sus posturas. Hay algunos que son muy nuevos, que son los que me han atacado y ellos lo hacen, me imagino, porque son nuevos y porque les da like. Por eso me joden la vida, pero los que me han atacado son cuatro o cinco buscando likes.
Usted es considerado uno de los articuladores del puente entre el Ejecutivo y el Congreso. ¿Qué tan fuerte está hoy la coalición que respalda al presidente Petro? Lo pregunto por las grietas que dejó elección de magistrado Carlos Camargo, señalamientos a gente del Pacto y a Comunes.
Habría que hacerle mantenimiento. Mantenimiento no es mermelada. Habrá que hacerle mantenimiento en volver a reconstruir otra vez la confianza que se perdió.
¿Cómo está haciendo eso?
Por ahora no he hecho nada, pero lo haré. Hay que volver a reconstruir la confianza.
Lo señalan de estar apoyando a Daniel Quintero en la consulta del Pacto, ¿es así?
¿De qué no me acusan en este país? Me acusan de todo y a mí me da risa. ¿Por qué siempre salgo victorioso? Porque casi todo, por no decir el 99%, es mentira y hace parte de la fantasía. No tengo cómo apoyar a alguien, no tengo un voto. Actualmente estoy retirado completamente de eso y espero nunca más tener que volverme a elegirme por votos y salir de esa esclavitud.
Pero tiene influencia en el Gobierno, lo escucha el presidente...
Sí, de acuerdo, pero el presidente es un solo voto, no tiene debajo de la cama 50.000 cédulas como para ponerlas al servicio de alguien.
¿Qué análisis hizo de la decisión del Pacto de depurar a tres los candidatos para consulta del 26 de octubre?
Me pareció adecuado y me pareció que son las tres personas que tienen el chance de quedar. Muy seguramente si se abrían muchos espectros, quien iba a salir damnificado era Iván Cepeda. Al que más le sirve que se haya cerrado el espectro es a Iván Cepeda.
Dentro del mismo Pacto había dudas de que si participaban en esa consulta del 26 de octubre quedaban inhabilitados para marzo, ¿cómo lo vio usted?
Eso no quedó finalmente planteado como se decía así. Usted ve que estaba María José (Pizarro) y ahora parece que quiere estar en el Senado, pero no están las garantías porque el Consejo Nacional Electoral (CNE) hizo un cambalache ahí que unos sí y otros no, Progresistas sí, Progresistas no. Creería que María José es la única de ese espectro que se cerró, que puede ir al Senado. Los demás tienen que esperarse para otros asuntos.
¿Cuál cree que es el mayor riesgo para la democracia colombiana en este momento: la violencia, la desinformación o las tensiones entre poderes?
El mayor riesgo hoy para la democracia es que no hay filtros o canales para poner diques a la verborrea política y a las mentiras que se dicen constantemente.
Primero, no hay liderazgos y lo ve usted en las encuestas: hay una cantidad de candidatos enanos y ellos a su vez, por ejemplo, lo único que hacen es insultar, agraviar, calumniar e injuriar muchas veces al Gobierno, por no decir que todas.
Me da risa, te lo juro que me da risa, porque uno no puede abrir el video de ningún candidato de oposición que no tenga que hablar de Petro. Cuando un presidente llevaba tres años, a nadie le importaba un carajo qué dijera el presidente y todo el mundo estaba en un plan completamente diferente. Pero hay una cosa loca.
Usted a donde vaya, usted en su trabajo periodístico, todo tiene que ver con Petro. El presidente es el que le está poniendo la agenda al país desde hace seis meses para acá. Es increíble cómo todo el mundo habla con base en lo que dice el presidente.
A propósito de ese tema comunicativo, ¿qué opina del ruido que ha generado la llegada de Germán Trejo como estratega del Gobierno y sus señalamientos de presuntas estafas?
No tengo mucho que aportar, ni absolver o juzgar, solamente que han dicho eso, pero será una decisión que tome el presidente.
¿Cuál es el mayor reto del Gobierno Petro en este último año?
La pelea contra el narcotráfico y que las elecciones sean en paz.
A propósito de paz, como estratega político que es, ¿no le ha hablado al presidente de la inconveniencia de estar en estas tensiones con Estados Unidos que ya lo tienen incluso sin visa?
Pero es que las tensiones las trae Estados Unidos, quien descertifica son ellos al Gobierno que más ha incautado cocaína, que paró la subida de cultivos de coca que se traía desde el año 21 el presidente Iván Duque.
Más que Estados Unidos, es Trump el que está peleando contra todo el planeta Tierra, más que nosotros estar instigando o juzgando por eso.
¿Qué le dice al presidente? ¿Conteste, responda o más bien déjelo pasar...?
El presidente es autónomo. Si eso fuera verdad, no lo pudiera decir. Si fuera al contrario tampoco, solamente le puedo decir que yo acato órdenes.
¿Qué viene para Armando Benedetti después del 7 de agosto de 2026?
Ojalá que gane alguien que sea cercano al proyecto del presidente Petro y entonces me podría ir a mamar gallo, porque si ganan los que están de derecha con esa forma que hablan, me va a tocar irme del país porque habría que tenerles miedo.
¿Totalmente cerrada la posibilidad de volver a la arena electoral? Suena como alcalde de Barranquilla...
Cuando dije que me gustaría ser alcalde de Barranquilla, es como también decir que me gustaría ser alcalde de París. Pero el que haya salido mi nombre otra vez a la arena política para ser alcalde de Barranquilla, pues me ha gustado y no me ha ido tan mal. Por eso guardo, esa posibilidad.
Es decir, no lo descarta...
No es que no lo descarte, sino que me ha llamado la atención y ha salido tan bien, que de pronto sí, pero me gustaría más irme a mamar gallo.