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Clan del Golfo y ELN secuestran auxiliares de enfermería en Antioquia y Bolívar: radiografía de la preocupante situación

EL COLOMBIANO documentó casos en los dos departamentos. Se los llevan para curar heridos tras combates. La denuncia se destapó en medio de la expectativa por el punto final al cese al fuego.

  • Solo el año pasado se registraron 272 agresiones contra la misión médica en Colombia. FOTO: REFERENCIA/CAMILO SUÁREZ
    Solo el año pasado se registraron 272 agresiones contra la misión médica en Colombia. FOTO: REFERENCIA/CAMILO SUÁREZ
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21 de marzo de 2023
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Fueron dos o tres golpes en la puerta, de esos que traen el tono de la urgencia, y Giovanni, un enfermero a quien llamaremos así por seguridad, no se apresuró a abrir. Pensó que era su sobrina de 11 años que suele tocar así. Entonces, caminó despacio hacia el portón.

Para su sorpresa, la pequeña no estaba en la entrada. Cuatro hombres en dos motos, dos de ellos armados, le dijeron al enfermero que tenía que acompañarlos, y Giovanni, que conoce cómo se mueve la guerra en Valdivia (Norte de Antioquia) y sabe que negarse es aceptar un boleto gratis al cementerio, no tuvo otra opción que subirse a una de las motos en medio de dos hombres vestidos de negro.

Antes de irse le preguntaron que si tenía equipos médicos y, ante la negativa, lo obligaron a ir a conseguir gasas, alcohol e instrumentos quirúrgicos.

“Se lo llevaron a la zona rural para que atienda los heridos después de que se enfrentan por esos montes”, dijo un allegado a Giovanni, que también pide reserva del nombre por temor.

Los armados que se llevaron al enfermero a la fuerza llegaron una hora después de que el Clan del Golfo se enfrentó con una facción de las disidencias de las Farc y del ELN que se unieron para hacerles la guerra.

Justamente, hace poco más de 24 horas el Gobierno de Gustavo Petro suspendió el cese bilateral que pactó a finales de 2022 con el Clan del Golfo ante reiterados incumplimientos y hechos de violencia.

Y si bien los abogados de esa narcobanda reclaman que el alto al fuego se rompió pese a que estaban acordando un mecanismo de monitoreo (ver recuadro), el Gobierno ordenó desplegar una ofensiva militar.

Lo cierto es que los enfrentamientos que terminaron con la retención de Giovanni ocurrieron hace dos semanas, cuando los campesinos de la vereda La Cruzada, zona rural de Valdivia, sintieron retumbar desde las horas de la mañana los fusiles que hicieron eco en las montañas. Lo más grave, según labriegos, es que los combates duraron 11 días y se desconoce el número de heridos y de muertos.

Giovanni fue devuelto en la noche, después de las siete. Lo llevaron hasta su casa los mismos hombres que lo recogieron. Le hicieron la advertencia de no contar o denunciar y se lo volvieron a gritar mientras se alejaban por el camino veredal.

No es el primer caso

El secuestro exprés del enfermero Giovanni no es el primero que se presenta en Antioquia ni en el país. Un caso como el de este auxiliar de enfermería se presentó el pasado 23 de enero cuando en la vereda Mina Nueva, del municipio de Santa Rosa Sur (Bolívar), hubo un enfrentamiento entre el ELN y el Ejército. En medio de la confrontación murió Luis Gabriel Zea Bernal, cabecilla de la del Frente José Antonio Galán, del ELN, más conocido con el alias de “Visaje”.

Ese día, luego de los combates, los guerrilleros buscaron personal de salud que les ayudara a atender los heridos, y aunque esta guerrilla tiene personal capacitado en enfermería, tuvieron que reforzarse con personal externo, pues los heridos fueron muchos “y no tenían como atenderlos. Entonces, se llevaron gente que no tenía ni idea de curar heridas, como visitadores o los que levantan las encuestas para afiliar a las personas al sistema de salud”, le explicó una fuente de Inteligencia Militar a EL COLOMBIANO.

Ese mismo día, pero esta vez en el Nordeste antioqueño, un combate entre el Clan del Golfo y el ELN obligó a los campesinos a amanecer bajo las camas. Muchos de los proyectiles perforaron las paredes de madera y la confrontación fue tan intensa, que los labriegos que salieron a trabajar, temerosos de que una bala les atravesara, se encontraron a los heridos pidiendo auxilio en la carretera.

Un investigador de la Fiscalía le precisó a este diario que sí han recibido información de que los armados se han llevado enfermeros, pero nunca médicos: “No sabemos a qué, suponemos que a atender heridos. Hace poco, en una confrontación entre el Clan y la compañía José Antonio Galán, se dieron tan duro que entraron gente a que ayudara porque tenían muchos lesionados”.

La práctica de llevar personal de salud a los campamentos es de vieja data. Las antiguas Farc constantemente llevaban médicos para que entrenarán a sus combatientes en tareas de enfermería; y en Antioquia, alias Cabuyo, el jefe de las disidencias del frente 36, abatido el 10 de junio de 2022, tenía por costumbre llevar a sus campamentos a enfermeras para que lo curaran.

En diciembre de 2021, una misión médica que desarrollaba labores de atención fue secuestrada por alias Iván Mordisco. Esa vez fueron plagiadas seis enfermeras, un odontólogo, dos vacunadores, un pediatra, un nutricionista y tres conductores.

Sin embargo, el caso más grave se vivió en octubre de 2022, cuando fue asesinado un enfermero en Remedios, Antioquia. Esa muerte engrosó los datos de las 272 agresiones durante 2022 contra la misión médica.

Por temor hay pocas denuncias

Tras pasar un día en las profundidades de la montaña, a cuatro horas en moto del casco urbano del municipio, Giovanni regresó preocupado a su vivienda en zona rural de Valdivia. No podía revelar lo ocurrido porque el grupo ilegal le advirtió que si lo hacía, irían por él.

Pero tampoco podía denunciar porque, según líderes, cuando el personal de salud acude a la Policía o al Ejército “terminan enredados, señalados por los soldados y policías de ayudar a la guerrilla o a los paramilitares”.

Aun así, EL COLOMBIANO estableció que entre noviembre de 2022 y febrero de 2023 se presentaron seis secuestros de funcionarios de la salud que fueron obligados a ir a zona de guerra.

Pese a las pocas denuncias, el personero de Valdivia, Didier García, manifestó que no han recibido alertas de los secuestros. “Que yo sepa, aquí no se ha manifestado eso por parte del personal de la misión médica. No hay denuncias formales. La misión médica ha tenido dificultades, pero no tenemos conocimientos de que los obliguen a ir a atender heridos. Para mí esto es falso”, dijo.

Así mismo, desde el Centro de Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), de Antioquia, le dijeron a este medio que no han recibido los reportes de los hospitales sobre esta novedad; y la secretaria de Salud de Antioquia, Ligia Torres, también dijo no tener conocimiento sobre estos secuestros.

EL COLOMBIANO intentó contactar al comandante de la Séptima División del Ejército, pero desde la entidad expresaron que no tenían información sobre lo que ocurre con el personal médico en el Bajo Cauca, Nordeste y Norte de Antioquia.

“¿Y quién va a denunciar?”, expresó una auxiliar de enfermería del Nordeste. “Es ponerse la lápida en el cuello y esta gente no perdona”, dice mientras ruega que su nombre no salga en esta publicación.

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